Teatro del Soho Caixabank

'El príncipe constante', un cautivo en el Teatro del Soho

  • Lluís Homar protagoniza la producción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico que dirige Xavier Albertí y que se representa en el escenario malagueño entre este jueves y el domingo

Arturo Querejeta, Antonio Banderas, Lluís Homar, Beatriz Argüello y Xavier Albertí, este miércoles, en la presentación de 'El príncipe constante' en el Teatro del Soho.

Arturo Querejeta, Antonio Banderas, Lluís Homar, Beatriz Argüello y Xavier Albertí, este miércoles, en la presentación de 'El príncipe constante' en el Teatro del Soho. / Marilú Báez (Málaga)

Ni la admiración de Goethe, Schiller, Meyerhold, Mayakovski y otras luminarias, ni su consideración de pieza irrepetible en el repertorio del teatro mundial han bastado para que la Compañía Nacional de Teatro Clásico se haya hecho cargo de El príncipe constante de Calderón en sus 35 años de historia. Semejante hueco ha quedado felizmente resuelto este año con la producción que la misma CNTC ha emprendido de la obra en colaboración con el Teatro Arriaga de Bilbao, el Teatro Principal Antzokia de Vitoria y el Teatro del Soho Caixabank de Málaga, con la dirección de Xavier Albertí (quien continúa así su órdago calderoniano tras su aplaudido montaje de El gran mercado del mundo, estrenado en 2019 de la mano de la CNTC y el Teatre Nacional de Catalunya) y un elenco de catorce intérpretes que incluye al propio director de la CNTC, Lluís Homar, como protagonista, además de otros grandes actores de referencia del teatro clásico en España como Arturo Querejeta y Beatriz Argüello. Tras su estreno en el Teatro de la Comedia de Madrid el pasado febrero, El príncipe constante llega ahora al Teatro del Soho con cuatro funciones entre este jueves 20 y el domingo 23. Homar, Albertí, Querejeta y Argüello presentaron el espectáculo este miércoles en el Teatro del Soho, donde fueron recibidos por su mentor, Antonio Banderas

En El príncipe constante, escrita en 1629 como obra de juventud, Calderón recrea un episodio acontecido doscientos años antes: el cautiverio del infante don Fernando de Portugal, apresado en 1437 por el rey de Fez cuando se disponía a conquistar la ciudad de Tánger. Tal y como explicó Albertí en la presentación, la Corona de Portugal había conquistado Ceuta en 1415 con intereses principalmente comerciales, para abrir nuevas rutas hacia Oriente, y confiaba en anexionarse también Tánger, pero la misión resultó fallida y el príncipe terminó cautivo. Cuando el rey de Fez ofreció a Portugal la libertad de don Fernando a cambio de que le fuera devuelta Ceuta, fue el mismo príncipe portugués el que rechazó el pacto con tal de garantizar la seguridad de los cristianos de la ciudad norteafricana. El rey moro reaccionó condenando a la inanición a don Fernando, cuyo cuerpo fue colgado de las murallas de Tánger tras su muerte. Calderón representa el cautiverio de don Fernando "como un viaje que el protagonista hace en busca de sí mismo" hasta, según Albertí, "ofrecer un poderoso alegato a favor de la libertad religiosa, por mucho que los libros de Menéndez Pelayo nos dijeran lo contrario y por más que el propio Calderón se debiera a la causa contrarreformista". Más aún, "lo que reivindica Calderón es la libertad del individuo, la dignidad del sujeto, frente a los grandes estamentos políticos. El autor defiende que para lograr la mejor sociedad posible hacen falta individuos libres, y que, de lo contrario, los colectivos únicamente benefician a sus señores. Nosotros traemos hoy El príncipe constante al público contemporáneo exactamente con el mismo objetivo".

Goethe, Grotowski y Mayakovski acudieron a 'El príncipe constante' de Calderón para reivindicar la libertad del individuo frente a los totalitarismos

Recordó Albertí de hecho que esta defensa del individuo frente a la querencia homogeneizante del poder político "fue la que llevó a Goethe a reivindicar la obra ante la forja del imperio napoleónico. La misma por la que Mayakovski acudió a ella cuando no se sabía qué espacio iba a quedar para el individuo en la revolución soviética". Secundó esta lectura Lluís Homar, quien señaló que El príncipe constante "habla del viaje más importante: el viaje a uno mismo. Si Calderón hace al infante don Fernando dirigirse a Dios en su cautiverio, hoy podemos entender a Dios como la propia conciencia, como a uno mismo, como si de un espejo se tratara".

Como director de la CNTC, Homar saludó la llegada de la institución al Teatro del Soho y anunció el establecimiento de "una red de teatros amigos en los que podamos desarrollar nuestras actividades y presentar nuestros trabajos" en la que ya figura por derecho el centro de Antonio Banderas. Todo apunta, por tanto, a que la presencia de la Compañía Nacional del Teatro Clásico en Málaga será a partir de ahora continua, fluida y enriquecedora.

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