Salvador Moreno Peralta defiende 'La patria del arquitecto' en Málaga: "El dibujo manual es un pálpito humano"

La muestra puede visitarse hasta el 26 de enero en la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga, bajo el patrocinio de la Fundación Unicaja

Salvador Moreno Peralta, la dignidad humana del territorio

Una parte de la exposición 'La patria del arquitecto' de Salvador Moreno Peralta. / Javier Albiñana

Los dibujos de Salvador Moreno Peralta forman un mapa de proyectos del arquitecto construido a lápiz. La patria del arquitecto, nombre de la exposición, está compuesta por bocetos que dialogan con la ciudad, con su historia y con la propia biografía del creador: "La palabra 'patria' tiene una connotación muy rara, como dijeron Rilke y Javier Boned, es la memoria, es un auxilio, es la vida, es volver a casa". En este sentido, ha definido que "la patria del arquitecto aparece en el propio dibujar". La muestra puede visitarse hasta el 26 de enero en la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga, bajo el patrocinio de la Fundación Unicaja.

Moreno Peralta ha recordado que durante décadas la seña de identidad del arquitecto ha sido la destreza en el dibujo y que el acceso a la carrera exigía "dibujar tan bien como los alumnos de Bellas Artes". Por eso ha insistido en que el dibujo no ha sido nunca solo una expresión de ideas, sino una forma de conocimiento. También ha señalado el tránsito desde "una civilización metanalógica a una civilización digital" con la llegada de las nuevas tecnologías. Ahí ha situado el debate sobre si el dibujo manual sigue vivo o si ha quedado anulado por lo digital. Su respuesta: "Sí, sigue estando vigente, porque es un pálpito humano".

Ha confesado que lo único que ha fallado ha sido la capacidad de su propia generación para reciclarse en el dibujo digital, donde "un gestillo uniforme" sirve para generar todas las formas posibles: "Como hacéis los periodistas, el 'así quedará la torre más alta', 'así será el cuadrado más rectangular', 'así será el círculo más cuadrado', todas esas cosas que vemos en la prensa se hacen a través de una infografía". Con humor, ha reconocido que muchas infografías nacen "por parte de alguien que no ha parido", es decir, que a veces no hay un proyecto detrás de la imagen. Pero también ha subrayado que cuando sí existe una idea sólida, "la eficacia del recurso digital se multiplica por diez".

El arquitecto malagueño ha celebrado que, en el ámbito académico, estas herramientas se hayan revelado como "extraordinarias". Ha sostenido que permitir a un estudiante ver un espacio en cuestión de segundos, sin tener que imaginarlo a ciegas, no destruye el valor del dibujo manual; al contrario, lo amplifica. El pensamiento visual, ha comentado, sigue naciendo en la mano, pero la tecnología ha servido para desplegarlo con mayor velocidad y precisión. La exposición, en ese sentido, ha funcionado como un puente entre dos épocas y dos modos de pensar la arquitectura.

La llegada de la era digital —admite el propio arquitecto— no ha restado capacidad de imaginar espacios, pero sí ha obligado a redefinir el lugar del creador frente a máquinas capaces de mostrar en segundos lo que antes requería semanas. En esa transición se debate aún hoy la profesión, y la exposición invita a reflexionar sobre ello sin dogmatismos. En la sala pequeña aguardan los dibujos dedicados a los cuatro recintos fortificados de Melilla. Son planos, perspectivas, axonometrías y cuadernos que cuentan la restauración que Moreno Peralta dirigió y que mereció el Diploma Europa Nostra en 1999.

Al detenerse frente a su trabajo sobre Melilla, ha explicado que aquellas láminas expuestas han sido el origen de toda la rehabilitación de la ciudad fortificada. "No había ordenadores; esto está hecho hace 35 o 40 años", ha recordado. Los recintos, entonces, estaban "destruidos, totalmente ignorados", aunque reconocidos como patrimonio. "Para estimular y llamar políticamente a los gobiernos para que aquello se rehabilitara, sabían perfectamente que había que demostrar cómo iban a quedar las cosas, sacar una ciudad nueva sobre los restos y los espondos de una ciudad prácticamente destruida", ha explicado.

En la sala grande hay expuestos dibujos de la Facultad de Derecho, la Escuela de Ingenierías y otros edificios emblemáticos de Málaga con proyectos no ejecutados —como el solar del cine Astoria— que revelan alternativas posibles para la ciudad. También se exhiben levantamientos planimétricos de elementos singulares como el portón de entrada al Colegio de Economistas. Junto a esta cartografía técnica aparece una colección de dibujos artísticos donde el arquitecto interpreta la ciudad como un escenario: la bahía desde Gibralfaro, la cabecera de la Catedral, la Alcazaba, el Muelle 2. En vitrinas, los cuadernos de viaje, ilustraciones para libros y un conjunto de caricaturas de la cultura malagueña, desde María Victoria Atencia hasta Manuel Alcántara o Pedro Aparicio.

Salvador Moreno Peralta ha asegurado que la llegada de la tecnología no supone "problema ninguno", sino "al contrario": se trata de una herramienta tridimensional "dedicada a la arquitectura" que permite ver cómo quedarán los proyectos tal y como han sido ideados. Ha advertido, sin embargo, que esa facilidad podría llevar a que el arquitecto delegue demasiado "en una cadena de publicistas".

El arquitecto ha recordado, entre risas, lo complicado que fue dibujar a mano las pérgolas de Torremolinos durante una semana, hasta que uno de los jóvenes del estudio las resolvió digitalmente "en diez segundos". Para él, la clave está en que la tecnología facilita tanto que puede llegar a eclipsar la mano del arquitecto, aunque confía en que, si este sabe manejarla y aplicar su "pulso personal", el resultado puede ser "una maravilla".

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