Menos todavía
Hora menos. España, 2011. Drama. Dirección: Frank Spano. Guión: Frank Spano. Intérpretes: Rosana Pastor, Erika de Santiago, Alfredo L. Fernández.
Cuando los productores de la FAPAE advirtieron el otro día en el Festival de Málaga que en España se siguen produciendo demasiadas películas, todavía no habían visto Hora menos, posiblemente la más prescindible de las vistas hasta ahora en la Sección Oficial a concurso. En su haber no cuenta sólo con algunas de las escenas peor rodadas, montadas y concebidas de lo que llevamos visto (la de la masturbación merecería todas las antibiznagas), también unos personajes que toman reacciones tan incomprensibles como fraudulentas (¿de verdad una mujer de una posición notable, que acaba de perder al marido al que amaba en una catástrofe natural, iba a sufrir semejante furor uterino para beneficiarse a un macarra descomunal?), una narración que pretende hacerse pasar por la de un thriller cuando en realidad está armada sin pies ni cabeza, una noción del encuadre que parece querer contar mucho cuando en realidad no cuenta nada, un ritmo que tan pronto pasa de puntillas como se enquista en obsesiones innecesarias, una representación de la inmigración tan desprovista de argumentos como arrimada al chiste de revista y otros valores por los que habría sido preferible invertir el dinero de la producción en, por ejemplo, avanzar un tramo en la construcción de la autovía Málaga-Almería. En ningún momento, ni uno solo, Rosana Pastor, una actriz que ha regalado en otras películas una sobresaliente afiliación a la cámara, parece creerse a su personaje. A Erika de Santiago, con suerte, la veremos próximamente en alguna serie de televisión sobre estudiantes jóvenes y problemáticos. Y la química (esa cosa) que fluye entre las dos es tan inexistente como el éter. Lo peor es que Hora menos es una película formalmente fea, que no inspira ninguna emoción ni logra penetrar la pared de la modorra. Y con este punto final ya puedo olvidarla.
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