Las dos orillas

josé Joaquín / león

Candidatos europeos

Alas listas para las elecciones del Parlamento Europeo se le está dando más importancia de la que realmente tienen. No es tan decisivo el nombre de la persona que encabece esa lista. Estas elecciones no son como las generales, las autonómicas o las municipales. A la hora de votar, influirán mucho más otras motivaciones. El PSOE ha optado por situar en los primeros puestos a Elena Valenciano (mujer de plena confianza para Rubalcaba y antes para Zapatero) y a Ramón Jáuregui (un histórico, con vitola de dialogante y moderado). El PP todavía no se ha pronunciado oficialmente, aunque los rumores apuntan a Miguel Arias Cañete. A no pocos populares andaluces les hubiera gustado más que asumiera el reto de ganar la Presidencia de la Junta de Andalucía, misión hasta ahora imposible para el PP. En las Europeas, al final, no habrá una pelea entre cabezas de lista, sino que se planteará como un pulso entre Rajoy y Rubalcaba.

Para el Parlamento Europeo se suele apostar por candidatos veteranos. No es como una prejubilación política, pero casi. Al Parlamento Europeo, de entrada, no debe ir cualquiera. Es conveniente que los principales candidatos, aparte de tener un conocimiento mínimo de idiomas (no es imprescindible ser políglota), ofrezcan un perfil presentable y tratable ante colegas de otros países. Un europarlamentario español se integra en un grupo de afinidad política internacional. Pertenece a una parte del todo, que es Europa. Pero es verdad que allí se defienden las políticas nacionales con más énfasis e interés que las políticas regionales en el Congreso.

En estas listas, a veces, hay patadas hacia arriba, del tipo "vete a Bruselas y así nos dejas tranquilos en Madrid". La lista del PSOE se puede interpretar en esa clave. Pronto llegará una renovación, con la salida de Rubalcaba y los suyos de confianza (Elena Valenciano, por ejemplo). En el caso del PP, se le ha dado una importancia exagerada a que esta vez no la encabece Jaime Mayor Oreja. No es para tanto. Mayor es un político de importancia mayor, pero ya tenía menor protagonismo. En sus circunstancias, mantenerlo ahí o sustituirlo no es sintomático de nada.

Toda lista electoral de hoy en día debe tener ética y estética como requisitos mínimos. Y, en la campaña, aparte de buscar votos, los principales partidos deberían esforzarse para devolver a la política los valores democráticos que se le discuten.

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