¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Grandes palabras
EL pleno del Congreso rechazará hoy, a buen seguro, las enmiendas a la totalidad del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2009 presentado por el Gobierno de la nación. Las incógnitas que planeaban sobre este primer debate presupuestario quedaron despejadas hace unos días, cuando el Gobierno y el Grupo Parlamentario Vasco alcanzaron un acuerdo en virtud del cual los diputados vascos sumarían sus escaños a los del PSOE y los del Bloque Nacionalista Gallego -que gobierna con los socialistas en la Xunta de Galicia- hasta constituir una mayoría absoluta escasa, pero suficiente para rechazar el bloque de enmiendas a la totalidad formuladas por los restantes grupos parlamentarios. Aunque ha sido frecuente que los gobiernos en minoría parlamentaria sellen pactos de colaboración puntuales o de legislatura que les permitieron sacar adelante su principal iniciativa anual (los Presupuestos Generales), nunca antes había sido tan notorio y descarnado el regateo al que los partidos nacionalistas, en su papel de bisagras, someten al Ejecutivo. El nacionalismo vasco ha obtenido de esta negociación transferencias a su comunidad por importe de 126 millones de euros anuales, 86 millones más por traspasos relacionados con I+D y otros 30 para pagar la jubilación anticipada de los ertzainas, además del apoyo de los parlamentarios socialistas vascos a los Presupuestos de un Ibarretxe en minoría. Por otra parte, no deja de tener razón la oposición al subrayar que este proyecto de presupuestos que acaba de superar su primer debate parlamentario ha sido elaborado cuando el optimismo del Gobierno aún no había sido matizado por su reciente reconocimiento de la gravedad de la crisis y, en esa medida, probablemente no responde a la profundidad de las soluciones que la situación española demanda. Así, el proyecto prevé un crecimiento de la economía española de un 1%, que todos los analistas coinciden en considerar lejano a la perspectiva real de nuestra economía en 2009. Quizás lo más responsable sería que el Gobierno y la oposición pacten algunas enmiendas de calado de aquí a diciembre para conseguir unos presupuestos más acordes a la crisis que padecemos.
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