El centro oficioso de prensa del referéndum ilegal lo monta Roures, el fundador y director general de Mediapro, el de Zapatero y el fútbol, el que monta cenas para Pablo Iglesias y Junqueras como si se tratara de "First Dates", el de "Público" y "La Sexta", la cadena que promociona las celebrities de Podemos como otras a los mozos y mozas de "Hombres, mujeres y viceversa". Eso sí, Roures lo hace en plan más del catalán que es que del trotskista que fue, cobrando 10 euros al día a los medios que quieran utilizarlo. Desde Mediapro se ha dicho que se trata de una "oportunidad de negocio al ampliar un servicio que ya íbamos a proporcionar a medios de comunicación de todo mundo". A la independencia, la República y la revolución en primera clase y cobrando.

Las urnas de plástico parecen lo que son: contenedores de basura. Al parecer, las han comprado en China, a 5 euros la unidad, a una empresa cuya web de comercio on line se llama Alibaba (no es broma).

El Alexander Orlov -el jefe de la NKVD estalinista en España durante la Guerra Civil- del momento, porque parece que para la izquierda radical (poscomunista o lo que seea) no puede haber lío en España sin rusos de por medio, son las redes desde las que Moscú -con estrellas invitadas como Julian Assange- intoxica la bufonada catalana como hizo con el referéndum británico (a favor del Brexit), las elecciones americanas (a favor de Trump) y las francesas (a favor de Le Pen). Buen apoyo han encontrado o se han buscado los independentistas y republicanos catalanes: les retrata.

Ver TV3 es el mayor y más asombroso espectáculo que una televisión pueda ofrecer estos días. Los directores generales de TVE durante el franquismo, desde Revuelta en 1957 hasta Rosón y Sancho Rof en el ocaso del Régimen, son modelos de independencia crítica y rigor informativo comparados con los profesionales de la televisión catalana. En las tertulias intervienen profesores universitarios, intelectuales y periodistas que demuestran lo sabido: una titulación no garantiza nada en lo que a conocimientos y rigor se refiere; y, lo que es peor, que un cierto bagaje cultural tampoco lo hace.

Mañana es el día de la bufonada que puede acabar en tragedia y de seguro, pasado no mucho tiempo, lo hará en la vergüenza de más competencias y mejor financiación para Cataluña. Y la mayoría silenciosa catalana se frotará las manos. ¿España, al contrario que Roma, sí paga traidores?