Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Anatomía de un bostezo
EN un día como hoy, aún a riesgo de que suene a sarcasmo, lo suyo es empezar deseándoles un próspero año nuevo. Estos días son noticias cosas que se inician en los últimos días de este annus horribilis y madurarán, para bien o para mal, en los próximos años: el gobierno celebra el Consejo de Ministro con el que pretende marcar el tono de la legislatura y Rubalcaba presenta su candidatura a la secretaría general del PSOE. El veterano dirigente socialista lo ha hecho con su conocida habilidad en el manejo de la comunicación. Sus movimientos iniciales han resultado brillantes, especialmente si se comparan con la inoportunidad del momento elegido por sus posibles adversarios para presentar su manifiesto en sociedad. Dado que Chacón es seguidora del Barça y aquél un conocido madridista, probablemente la exministra de Defensa pensó, al conocer los movimientos de su probable oponente, lo que Guardiola dijo en cierta ocasión de Mouriño: reconozco que aquí (en la sala de prensa) él es el puto amo.
En sus primeros actos Rubalcaba ha apelado al alma del PSOE. Su visita al secretario general de la federación más representativa y el uso de la sede de los hermanos de UGT para lanzar sus primeros mensajes. Para algunos son pasos en el sentido equivocado. Pero no se puede negar que platean una cuestión la clave en el presente de los socialistas: si el futuro PSOE, que tan necesario es para ellos y para la sociedad española, podrá surgir desde dentro de la actual organización.
Por su parte, el Gobierno aplicó ayer duros ajustes y, que sepamos, ningún ministro ni ninguna ministra derramó una lágrima ni por los duros tijeretazos, ni tan siquiera por la subida de impuestos que seguramente fue lo que más dolió a algunos. Justificación: la herencia recibida. La desviación en dos puntos del déficit exigido por Bruselas.
Por ahora la diferencia más acusada entre este gobierno y el anterior es que mientras que Zapatero fue un recortador malgré lui, Rajoy lo hace por convicción. Para el PP el equilibrio fiscal no es una cuestión práctica sino ideológica. Fue una prioridad también cuando gobernaron en tiempos de bonanza. Entonces, mientras consideraban el endeudamiento de las administraciones como un arma del diablo, favorecieron la expansión monetaria para que particulares y empresas nos entrampáramos hasta la cejas; algo de lo que, según ellos, sólo se podrían derivar cosas buenas. Hoy sólo un tercio de lo que debemos corresponde al sector público, sin embargo, el gasto público se ha situado en el centro de todos los problemas. Los defensores de las políticas públicas tenemos la inevitable sensación de que se nos están haciendo luz de gas. El escritor Javier Marías define esta expresión, que hace alusión a la película Gaslight, titulada entre nosotros Luz que agoniza, de 1944, como la manipulación psicológica de "persuadir a una persona de que su percepción de la realidad y de los hechos está equivocada y es engañosa para ella misma".
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