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Muelle Uno, la nueva zona comercial y de ocio del puerto de Málaga, volvió ayer a abrir sus puertas tras recibir los permisos necesarios del Ayuntamiento de Málaga. Lo hizo parcialmente, sin ninguno de los dos aparcamientos subterráneos de Cánovas y la Farola, que suman 1.200 plazas, operativo, aunque el segundo funcionaría más tarde. La primera impresión de los clientes que se asomaron a conocer el centro fue positiva, a pesar de la polémica de la última semana y el cierre forzoso del martes obligado por el Ayuntamiento.
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