Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Anatomía de un bostezo
SEGÚN los sondeos, una mayoría considera culpable de que haya que repetir las elecciones al PSOE y a su candidato. De lo que cabe inferir que mejor le hubiese ido a Sánchez rechazando el encargo del Rey y ocultándose detrás de una mata viendo como el país se encaminaba hacia una crisis política irresoluble. Fue lo que hizo Rajoy y, según las encuestas, el electorado se lo premiará con una nueva victoria. Pablo Iglesias, por su parte, con gestos sobreactuados de querer pactar con el PSOE con una mano mientras lo imposibilitaba con la otra, recibe también su merecido premio en los sondeos. Sería un simplificación decir que se castiga el buen talante o la voluntad de diálogo y se premia lo adversativo. Pero algo de eso hay. Somos así: preferimos el blanco o negro a los matices y no nos ponen las transversalidades. Es verdad que el pacto PSOE-Ciudadanos fue meritorio pero insuficiente. O que se presentó como solución una propuesta programática cuya utilidad dependía de la capacidad de sumar escaños. Ciudadanos y socialistas al consensuar un conjunto de medidas necesarias y convenientes, indicaron el camino e hicieron pedagogía. Aunque a la luz de los sondeos parece que son más los que creen que, como en la canción de la Lupe, todo fue puro teatro. En realidad les separaba un abismo, Rivera quería atraer al PP mientras el PSOE pretendía cuadrar el círculo con C´s y Podemos. Las diferencias fueron insalvables. Tan incompatible se manifestaba el PSOE con PP como Podemos de Ciudadanos. Una alianza de suma cero. Rajoy sólo estaba dispuesto a liderar una coalición cuyo programa resumía, con su habitual lenguaje de Epi y Blas, en hacer lo que hay que hacer. Del monólogo histriónico de Iglesias se ha dicho casi todo.
Algunas encuestas además de preguntar a quién votaremos lo hace también por el partido al nunca votaríamos. La fotografía en negativo, según José Salver (www.electomania.es) Las animadversiones y las preferencias recaen mayoritariamente para los mismos partidos. Los más rechazados, PP y Unidos Podemos, también son por ahora los preferidos en las encuestas. Mientras que PSOE y C´s, al menos en términos demoscópicos, no despiertan tantos ardores. Menos odiados pero también los menos votados en los pronósticos. En este contexto, una campaña polarizada favorecería a los que más pasiones levantan. Pero en un escenario normal PSOE y Ciudadanos, al generar menos rechazo, tendrían más pasibilidades de crecimiento.
También te puede interesar
Lo último