EDUCACIÓN: punto de convergencia de todos los caminos y de sus viandantes; si alguno no llega, el sendero se convierte en laberinto, y ahí dentro todos pasan a ser víctimas y culpables a la vez.

Después de ver el informe PISA 2012, bailan las conclusiones. Leo que si el profesorado no está bien capacitado, que si los recortes traen estas consecuencias, que la metodología pondera el aprendizaje memorístico frente al aplicativo, que estas hornadas contemporáneas tienen demasiado ocio a su alcance... En clave política, el PP aprovecha la ocasión para colocar en un mejor sitio del escaparate su Lomce y el PSOE le acusa de arrimar los resultados a su sardina para politizar la debacle clasificatoria de nuestros preadolescentes, que siguen peleando otro año por no descender más categorías.

Podemos y debemos sentir vergüenza por que un niño no sepa manejar un mp3, ahora que son la generación 2.0, o le sobren botones en el mando del aire acondicionado cuando son capaces de manejar con los pies los incontables del mando de la Play. Pero no podemos dejar de enfocarlos como lo que son: víctimas.

Víctimas de la política educativa. Ahí están los resultados para testar el cambio de curva en los estudiantes desde que la ESO nació en 1996. ¿Quién ideó el sistema para repetir curso que crea esos tapones de alumnos en 2º y 4º de Secundaria y que lleva a los niños a relajarse/vanagloriarse en los cursos impares porque, pase lo que pase, pasarán al próximo? ¿Cómo ayuda ese proceso a esos profesores que reciben un curso masificado de alumnos con multitud de asignaturas pendientes y que ven cómo sus pocos buenos estudiantes quedan sepultados ante la dinámica general? Y qué decir de esos PCPI, puente para que los más vagos conviertan su desgana en un atajo al graduado.

Y, los padres de hoy: ¿están preparados para sentarse con ellos a estudiar? No sólo se trata de poseer conocimientos, sino de saber motivarles, ponderar refuerzo sobre castigo, alejarles de distracciones tecnológicas que alteren sus rutinas de estudio. ¿Saben asumir el fracaso de sus hijos? Porque la culpa no va a ser siempre del profesor, que, claro, le tiene manía... La mayoría de esos padres en su día fueron repetidores.

El fracaso escolar es un monstruo que devora a todos pero en el que el gran perjudicado es el niño. PISA no necesita abrirnos los ojos: en clase cada vez hay más alumnos que profesores, más interinos aprovechados de un sistema caduco que docentes preparados y más recortes. En mis tiempos los repetidores eran unos apestados; hoy los alumnos brillantes son unos supervivientes.

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