Escribo en el día de las Lolas, a pocos días de la Semana Santa. Llega uno de esos momentos estelares de Málaga, que vivirá estos días esperando lo insuperable. Siempre mejor que la del año pasado. La importancia de una tradición con un valor artístico y cultural único en la que se mezcla la vivencia personal del hecho religioso, el tejido asociativo que lo hace posible (el mundo cofrade), la vivencia de la gente en las calles (1.300.000 personas en 2023) y, desde luego, el impacto económico (superar los 103 millones de euros en 2023). Un fenómeno social de honda raigambre popular que cada uno vive como le parece, pero que a nadie deja indiferente con excepción, claro está, de aquellos que pueden y quieren vivirla fuera de aquí.

Al final la polis es también un reflejo de las percepciones de los ciudadanos y sus problemas y, eso permite a nuestros políticos ver cuáles son las inquietudes y los estados de ánimo. Y, curiosamente, al igual que el peso de la tradición configura la ciudad, la combinación entre lo viejo y lo nuevo nos permiten ver mejor cómo cambia la foto de la realidad. Así, Málaga sufre una tensión entre una imagen exitosa de ciudad de moda donde ‘todo el mundo quiere venir’ e incluso ‘muchos desean vivir’. Málaga crece: En población, en turismo, en número de empresas y en el sector tecnológico. Mejoramos en el empleo, pero estamos todavía a una buena distancia en el salario medio nacional. Además, tenemos un problema con el precio de los alquileres y el de la vivienda. La cuestión medioambiental es importante: La sequía está aquí y hay que dar soluciones antes del verano.

Al preguntar a los ciudadanos de la provincia (no a los de Málaga capital) sobre la situación actual y la futura evolución de la provincia, según el último Barómetro Madeca, el 72% de la población considera que es buena o muy buena. Precisamente, los problemas que más preocupan a los malagueños son la sequía y el precio de la vivienda. La primera preocupación de los malagueños es la sequía (un 20,7%), seguido del precio de la vivienda (12,4%) y el desempleo (12,2%). En cuanto a la falta de agua, también hay que añadir la preocupación por el abastecimiento (11,1%) que ocupa la cuarta posición. Los datos muestran que la mitad de los malagueños ven en la sequía un problema “muy grave” y consideran que se debe actuar, por un lado, construyendo desaladoras, según el 41% de los encuestados, e interviniendo en infraestructuras hídricas, según el 22%. A nivel nacional, lo que más preocupa a los malagueños es la política (44,9%), el desempleo (11%) y el precio de la vivienda (5,2%).

Lo más interesante de este Barómetro Madeca es el realismo de los ciudadanos frente a las imágenes construidas socialmente. En una ciudad con el peso simbólico de la tradición de la misma –la Semana Santa- que se combina con la imagen nueva de ciudad deseable para vivir –tecnológica, cultural, buen clima, calidad de vida, buenas comunicaciones-, el nivel de felicidad de la gente es razonablemente alto pero no por ello esconde una percepción muy realista de los problemas de la ciudad y de la provincia. Por cierto, además de la sequía, la vivienda y el desempleo, reparen en la preocupación por la política como primer problema a nivel nacional. Está claro que la gente no acepta, ni le gusta la política como conflicto político constante y tono político tan alto: lo que hemos visto y escuchado esta semana.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios