Réquiem por el centro

Después de su fracaso electoral, a Cs se le ofrecían dos caminos: uno difícil y sin grandes esfuerzos

Era evidente que, después de su último fracaso electoral, a Ciudadanos se le ofrecían dos caminos: uno difícil y complicado y otro corto y sin grandes esfuerzos. El primero, el dificultoso, era intentar desandar el recorrido transitado en su última etapa e intentar recuperar el espacio de centro perdido. Para ello era necesario articular con esfuerzo una verdadera alternativa liberal y, aprovechando la evidente radicalización de la política española, encontrar un espacio político de moderación, equilibrio y equidistancia que le permitiera salir de la irrelevancia a la que los resultados electorales le han condenado. La otra, la corta y fácil era, por decirlo en términos poéticos, dejar que las olas mansamente lo acerquen a la orilla; es decir, andar el cómodo camino que los lleve a ser deglutidos por el PP. Desde la primera intervención parlamentaria, en el debate de investidura, ya se vio que esta segunda opción era la elegida, con intervenciones frontales sin ocuparse por encontrar un solo elemento que los diferenciada del resto de la derecha.

Ahora, la última propuesta de Inés Arrimadas es el nuevo movimiento, necesario y esperado para cumplir el objetivo final. La supuesta plataforma constitucionalista que C's ofrece como fórmula electoral solo es el ropaje dialéctico para salvar estéticamente lo que más pronto que tarde será la desaparición del grupo liberal. Es difícil entender que sea el partido político con menos fuerza electoral el que pretenda liderar un movimiento que aglutina diversas formaciones dispuestas a defender la vigencia de la Constitución en lo que para ellos es territorio hostil, incluida Galicia (?). El último esfuerzo para maquillar esta fusión exprés es hablar de plataforma transversal de varias formaciones políticas o personalidades que hasta el momento ni están ni se les espera. La propuesta se ha entendido por todos como lo que es: la petición del partido naranja de formar parte de las listas del PP y así ir diluyéndose poco a poco en esa formación. Es posible que ellos lo nieguen, pero de hecho el propio partido de Pablo Casado así lo ha entendido y desde el primer momento se ha puesto a esbozar listas electorales para cumplir su objetivo, siempre proclamado, de una sola derecha en una sola España. Por tanto, el camino fácil, por más disfraces y llamativos ropajes que lo adornen, ha cumplido con éxito sus primeros pasos y no tardará mucho en completar su recorrido.

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