Ignacio del Valle

Ruedas de molinillo

Al concejal 'bienpagaó' le remuneran sus servicios. La mascarilla de hormigón armado la traía de fábrica

Es difícil transitar por la disonancia cognitiva de la covidsfera. Esa tensión y sarpullido del alma que solo parecen metabolizar los líderes electos. Sobre todo, tras la infoxicación primaveral de la que hemos salido escépticos y de luto tras tanta engañifa por nuestro bien.

Inaugurando julay me he dado cuenta del tiempo bailado sobre las tumbas. Lo vi plasmado en la pared de un negocio caput. Allá al principio de la Alameda de Capuchinos. Un collage de arte povera. La manifestación del expresionismo publicitario anterior al metro y medio de distancia social. De una marquesina huérfana sobresalen dos palmas de manos a todo color llamando la atención. Debajo se ordenan caóticos reclamos de todo chollo y esperanza. Hay dos estratos arqueológicos de afiches. Los conciertos de marzo, llamativos tributos a bolingas bailongas con notas de Queen, Obús o Bon Jovi. Aniversarios de fiestas flamencas, trucos para vivir del cuento o Viva Suecia. Todas estas invitaciones a la fiesta han aguantado las tintas contra lluvia y solana. A esta capa de optimismo gregario se suman otro tipo de papeles más recientes para poner la agenda al día. Los códigos de asunto peligroso en amarillo y negro preguntando si necesita dinero. Echadores de cartas, pasquines inmobiliarios y una llamada al festival Brisa del 19 al 20 de junio en el Puerto de Málaga. Me emociono leyendo: Crystal Figthers, Amaia, Carolina Durante, Coque Malla, Danza Invisible, Ladilla Rusa, León Benavente, Niños Mutantes…entonces caigo en que esa racha de aire fresco también ha sido cancelada. Para rematar el lapsus veo bajo todo este barullo un grafiti que subraya todo el montaje apalancado en la pared blanca: "Nos fumigan con Chemtrails". Lo que faltaba, la nota conspiranoica. A lo peor están en lo cierto y han comenzado allá por la pacífica calle de Diputación y no han parado hasta la Carcasona del Parque. No hace falta ser Cervantes para evidenciar estas injusticias. Al concejal bienpagaó le remuneran sus servicios de prestado. La mascarilla de hormigón armado la traía de fábrica. En este tiempo de cigarras forzadas. En esta tristeza de paro donde la paguita no sacia la incertidumbre. En este solaz de maná turístico triunfa el estado de la meritocracia alterada. Muy ejemplar y novelesco. Cosas de la disonancia cognitiva le digo. Hacer de tripas presupuesto, tragar con ruedas de Molinillo y seguir a lo nuestro, que desde siempre es lo suyo.

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