La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

La SIM

Es perentorio para nuestra democracia evitar que el engaño gobierne y que puedan salir victoriosos los mentirosos

Fue Podemos quien hizo del escándalo de los demás una balacera política contínua desde aquel falso rancho de su espíritu regenerador. Decían tanto, lo gritaban incluso, que ahora que ya son gobierno, se acumula cola en la hemeroteca del speech podemita, con la que comparar el trecho entre lo dicho y lo que hacen o han hecho.

Eran discursos, los pablistas, que la ciencia política usará para constatar ejemplos vivos de demagogia, populismo e ira, ese venenoso aire, el instrumento ideal para ganarse el favor de la gente, fácilmente amontonable entonces, diciendo lo que se quería escuchar.

Hoy vemos cómo Podemos, con sus tuiteros a sueldo, otros por encargo y sus boots de guardia, no escatiman desprecios contra quienes les recuerdan sus promesas pasadas o extienden informaciones y opiniones que revelan la realidad de Pablo Iglesias: que la cloaca es él.

Sabemos, porque la verdad no tiene prisa, que Pablo, pregonero del feminismo y la igualdad, decidió, él solito, debatiéndolo consigo mismo como sumo patriarca venerado de su partido, quedarse la tarjeta SIM particular robada -eso dijo él- a su asesora. Para evitarle presión, dice, aunque ya era mayor de edad. Dina, sé fuerte. Y Pablo, el feminista, decidió por ella.

Pero ahí calló. Nada dijo cuando tuvo en su poder el objeto de su denuncia, ni a la legítima propietaria ni al juez instructor. Las fotos íntimas de Dina Bousselham ya eran cosa suya también. Prefirió alimentar la teoría Villarejo y sus cloacas sin decir la verdad. Cuando la SIM volvió a su dueña ya estaba inservible tras meses de fisgoneo, y así montar su habitual película de política negra, con la que justificar su victimismo y enervar el rendimiento electoral en plena campaña. Pero todo resultó tan falso como su humildad. "Están locos", chateaban entre sí los abogados de Podemos, escandalizados por la película guionizada por Pablo 'Ford Coppola'.

A través de esa SIM supimos de la querencia del feminista Iglesias por azotar a Mariló Montero hasta hacerla sangrar. Como también hoy intuimos que ese mismo látigo lo usarían para amenazar y fustigar a periodistas por informar libremente, sin sus cuentos de trilero. Bochornoso episodio, como vergonzoso es que Iglesias siga hoy de Vicepresidente de Pedro, con mando en plaza y plaza en el CNI.

Es perentorio para nuestra democracia, un reto inmediato, evitar que el engaño gobierne, y que con ese método político habitual que es usar la mentira, puedan salir victoriosos los mentirosos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios