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Ignacio del Valle

Siempre toca

La lotería de Navidad propone la independencia de roncar a pierna suelta sobre un colchoncito de euros

Otra forma de sangrar al contribuyente. Recaudar para Hacienda, no somos todos, con anestesia. Garantiza ganancias fáciles que es la esencia del timo perfecto. Debemos la genialidad a D. Ciriaco González Carvajal, Ministro del Consejo y Cámara de Indias. La Lotería Nacional nació en Cádiz y se aprobó en Cortes Generales. El 25 de diciembre de 1811 se publicó la instrucción de la muy popular Lotería Moderna. Tan progre y viva la Pepa como la Constitución de 1812. Entre otras urgencias, la lotería financió la guerra a Napoleón.

Con tantos años a la chepa, ahora la lotería de navidad propone la independencia de roncar a pierna suelta sobre un colchoncito de euros de rica lana.

En la oficina, la nave o el bar. Las participaciones sacralizadas con estampas de cristos y vírgenes coronadas, todo un talismán de fe. Los billetes con el escudo del club.

Los jugadores más formales cumplen con la tradición diezmada en la administración de toda la vida. Buscando su destino en un gato negro de ojos amarillos, una bruja chapada en bitcoins o doña Manolita de los lunes en la Puerta del Sol. También las creencias retorcidas animan a adquirir billetes de lotería en la patria de las catástrofes. Ignoro cuántas series se han exportado del naufragado Campillos, donde todavía esperan la lluvia de millones prometidos tras los desastres de la tromba.

Conozco a sujetos que lo único que han heredado es la suscripción a un número primo que se pasa de una generación a otra entre pedreas, reintegros y algún premio tirando a obeso. A demasiados desprevenidos, ganar el gordo les ha complicado la existencia granjeándoles enemistades de envidia íntima. Los millones caídos del cielo pronto se evaporan arruinando "la generosidad fácil de la gente humilde" que describía Emilia Pardo Bazán.

La fortuna en forma de diosa o rueda caprichosa reparte buena estrella o mal fario, por eso de no perder la esperanza, sólo asociamos la fortuna al amor y lujo couché y la fertilidad.

Los niños de San Ildefonso afinan su inocencia, los bombos barrigueños están prestos a despachar el paquete de coche y casa nueva. En el tarot hay una carta de la fortuna en la que un mono sube y el otro desciende y trabaja. La lotería siempre toca, incluso al que no la juega. Ojalá pasado mañana reparta alivio entre quien más lo necesite.

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