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Un plan parecido al de cualquier turista que visita Málaga es lo vivido ayer por el presidente de Italia, Sergio Mattarella, quien empleó sus tres horas libres antes de acudir a una cumbre con el Tey Felipe VI y el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, en conocer la Catedral, imágenes de Semana Santa y catar los boquerones. "Capolavoro" de la arquitectura, algo sublime, es como definió el mandatario italiano el gran templo malagueño, que recorrió durante 35 minutos y donde le lllamaron la atención la fachada principal, el coro, una sillería con 42 tallas -obra de Pedro de Mena en su mayoría-, y la altura del monumento. También pudo contemplar trece imágenes religiosas que salen en la Semana Santa malagueña -entre ellas la de Jesús Cautivo- y que forman parte de la exposición El Verbo Encarnado, conmemorativa del centenario de la agrupación de hermandades y que le ha permitido acercarse a esta manifestación de la religiosidad popular. Pero como todo no iba a ser arte, también degustó la gastronomía local en un almuerzo en la bodega El Pimpi, la de los barriles firmados por famosos, en el corazón de la capital de la Costa del Sol.
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