Vox puede esperar

Si Vox no existiera, la presión de la izquierda se concentraría en hacer imposibles los pactos entre Ciudadanos y el PP

Muchos aconsejan a Vox lo que debe hacer, que suele ser, casualmente, lo que querrían PP o Ciudadanos; otros simplemente se indignan porque Vox no hace lo que conviene a quienes lo denigran. Casi todos suelen olvidar una cuestión no menor: el votante, no digamos ya el afiliado, de Vox ha llegado ahí casi siempre por su honda desconfianza o malquerencia hacia los partidos que suponen que, en el caso de que Vox no trague, va a sufrir un terrible desgaste. Sin embargo, no conozco a un solo elector de Vox, y crean que conozco a algunos, que apruebe la rendición incondicional a que se les conmina. Ya sé que las encuestas dicen otra cosa, pero me temo que la caída de las expectativas de ese partido tiene que ver con otras cuestiones y no con esta.

La turbia actuación de Rivera en este embrollo es incomprensible sin atender a sus compromisos con Macron. Este, a su vez, se limita a aplicarle a España, a la que debe imaginar su satélite, la solución francesa de aislamiento de la derecha populista como si Vox fuera el clon del viejo Frente Nacional. Pero ni Vox es el FN, ni España es Francia, ni hay parecido en el sistema electoral. Vox no puede ser ignorado ni ninguneado porque, al contrario que en Francia, no puede evitarse que un partido, alcanzado cierto nivel de voto, obtenga representación parlamentaria. Decisiva, además, en este caso.

La demonización y fascistización de Vox es un gran éxito de la izquierda y de su aparato mediático, pues está consiguiendo hacer ilegítima la única alternativa a su predominio planteada en la última década. Si Vox no existiera, la presión de la izquierda se concentraría en hacer imposibles los pactos entre Ciudadanos y el PP. ¿Ya nadie recuerda cuando el PP era el ultra y el fascista? Lo increíble es que PP y Ciudadanos hayan podido metabolizar el veneno suministrado por sus enemigos hasta el punto de imposibilitar gobiernos estables en Murcia y Madrid y llevar en volandas al PSOE hacia la mayoría absoluta. Ellos serán los grandes perjudicados por esta estrategia absurda. Ciudadanos porque enrocarse en políticas de mero bloqueo a derecha e izquierda es suicida en un panorama tan plural y fraccionado; el PP, porque necesita con urgencia poder político para taponar la crisis que lo amenaza. De los tres de la plaza de Colón, es Vox el que menos arriesga, el que menos tiene que perder, y el que puede esperar.

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