Abas, Grossman: palabras en el vacío

24 de septiembre 2025 - 03:07

En la cumbre de Nueva York, Mahmud Abas exigió a Israel un alto el fuego y a Hamas que entregue las armas a la Autoridad Palestina para iniciar un proceso de reconstrucción de Gaza y Cisjordania que dé paso a la elaboración de una constitución y la celebración de unas elecciones bajo observación internacional. “Queremos un estado moderno y democrático –dijo– con una ley y una fuerza de seguridad legítima, basado en el imperio de la ley, el pluralismo, el reparto de poder, la igualdad, la justicia… Nuestro futuro y el vuestro [los israelíes] depende de la paz. Basta de guerra. Dejemos a la gente de nuestra región vivir en paz duradera y buena vecindad”.

Es lo que el trío de grandes escritores israelíes –Amos Oz, Abraham B. Yehoshua y David Grossman, del que ya solo el último vive– defiende hace años, oponiéndose a las corrientes integristas y a Netanyahu, encabezando la lucha por la paz y por la creación de un estado palestino que conviva pacíficamente con Israel.

En El precio que pagamos (Debate, 2024) Grossman escribía, tras el salvaje ataque terrorista de Hamas y la salvajemente desproporcionada respuesta de Netanyahu: “Millones de israelíes querían crear un país liberal, democrático, en paz, pluralista, que respete las creencias de todas las personas. Pero, en vez de escuchar lo que ese movimiento de protesta proponía, Netanyahu [y su gobierno, dispuesto a poner al país en peligro solo por salvar a su primer ministro de ir a la cárcel] decidió hacer más profundo el odio entre las dos partes… Israel y Palestina vuelven a no ser capaces de salvarse a sí mismos de sí mismos… Los palestinos harán su examen de conciencia. Yo, como israelí, me pregunto qué pueblo seremos cuando acabe la guerra. ¿Cómo lograremos gestionar nuestra parte de culpa –si es que llegamos a ser capaces de reconocerla– por lo que le hemos hecho a palestinos inocentes, por haber matado a miles de niños y destruido tantas familias?”.

Hamas, atacando el 7 de octubre y utilizando a los gazatíes como escudos humanos, y Netanyahu, respondiendo con la desproporción asesina de un criminal de guerra, han hecho más imposible que nunca la creación de un estado palestino y comprometido el futuro de un Israel cada vez más aislado. Es trágico saber a la vez cual es la única solución y que es imposible.

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