Se acaba la saeta gitana

TERMINÓ la Semana Santa y tengo que añadir otra infeliz conclusión: la ausencia de los gitanos acompañando al Cristo de la Columna. ¡Qué pena! Hace un par de años, nuestra asistenta doméstica, Pepi, emparentada con esta etnia, me dijo: "Han tenido que llamar a gitanos de otros sitios porque los de aquí no quieren salir detrás del Cristo". Los gitanos hoy dicen que "ellos no le cantan a un trozo de madera..." "Dios te bendiga, pero de saetas, nada". Es el mandamiento de los Evangelistas de la Iglesia de Filadelfia que han "evangelizado" a los gitanos andaluces. Desde su nuevo bautizo por inmersión en agua hasta sus frecuentes presencias "al culto" el gitano andaluz es otro en sus credos, hasta el punto de que en Jerez -cuna del gran cante jondo- se han oído poquísimas saetas de corte gitano, ni siquiera al Prendimiento, al "Prendi" como amorosamente llaman a su Cristo en el barrio de Santiago. ¡Los designios de Dios son inescrutables!