Luces y sombras

Antonio Méndez

Un año de sorpresas y escondites

SI hacemos caso a lo que dicta la tradición, 2010 será un año perdido para la capital malagueña en todos aquellos proyectos municipales que dependan de la colaboración del Gobierno central o de la Junta. Las reglas no escritas de la batalla partidaria dictaminan que cuando al frente de los ejecutivos hay formaciones de signo distinto, los ciclos políticos productivos sólo abarcan un bienio. Al tercer año, cuando se divisa la proximidad de las urnas, se recrudece todavía más la confrontación para que el enemigo no rentabilice las actuaciones fruto de la cooperación institucional, en este caso en las municipales de 2011. Si el PP logra el triunfo, hará lo propio con los contrarios para los comicios de 2012.

Pero igual nuestros dirigentes están hastiados de ese juego del escondite y nos dan la sorpresa. No olvidemos que el Gobierno de Griñán, gracias a la factura del ex presidente Chaves, arrastra una imagen centralista muy perjudicial para los caladeros de votos de las grandes zonas urbanas de esta provincia, así que igual ensayan una gestión distinta que puede proporcionarnos ya beneficios a todos y a ellos a medio y largo plazo.

Pero este año no pasará de largo en muchos otros aspectos. El propio Griñán tienen intención de mover ficha en su Ejecutivo, en principio al llegar al verano, con la excusa de la entrada en vigor de la nueva a Ley de Autonomía Local y la reforma que afectará a la Administración autonómica. Será el primer paso para verificar si Málaga comienza a tener políticamente el peso que le corresponde en la estructura del poder andaluz. Aunque es absurdo la competencia provinciana por acaparar carteras de gobierno, lo cierto es que al final el propio PSOE mide así su capacidad de influencia interna y, con todos los respetos, en el caso de los socialistas de Málaga manejan las dos marías de la Junta, las Consejerías de Turismo y Cultura.

También hay movimientos para aglutinar fuerzas de cara al congreso regional sine die del PSOE, que debe aupar al poder orgánico del partido a Griñán. Hasta ahora la cuota malagueña en la dirección socialista es poco significativa, para ser benévolos. Pero tampoco habrá calma en el bando popular. Hace tiempo que algunos círculos ya analizan la necesidad de preparar la sucesión de Francisco de la Torre. 2010 dará mucho que contar.

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