LA irrupción de Alberto Garzón en la campaña electoral, quizá sea uno de los hechos más llamativos de este periodo dedicado a intentar captar el voto de los electores. Como explicaba el número 1 al Congreso de los Diputados de Izquierda Unida por Málaga, su presencia al frente de la lista de la coalición se debe a que sus dirigentes se han dado cuenta de que la única forma de contribuir a cambiar las cosas es propiciar el proceso de lo que han llamado convergencia social, que pretende sumar las fuerzas de otros colectivos, sindicatos y asociaciones con el objetivo de hacer frente a una crisis sistémica, ya que no es sólo económica, sino también de valores y de la propia democracia. De ahí, que por primera vez, IU ha dado paso a un candidato que se puede considerar que está fuera del aparato de la organización y estrechamente relacionado con uno de los movimientos pioneros de los indignados del 15-M, Democracia Real, que fue el que catapultó al escenario político a Garzón, que por su formación como economista era demandado de forma permanente desde distintos puntos de la geografía española, para explicar sus convincentes análisis sobre el origen y la salida de la crisis.

A la cita, para conocer más de cerca a Alberto Garzón, llega procedente de participar en un programa en la emisora local de Rincón de la Victoria, localidad donde ahora reside junto a sus padres. Sonríe cuando explica que el espacio radiofónico donde ha participado está dedicado a los hombres ilustres del pueblo, y como luego añadiría, es consciente de la necesidad de aprovechar cualquier ventana para explicar sus propuestas debido a las limitaciones impuestas, por la vigente legislación electoral, para que IU tenga acceso a los medios de comunicación audiovisual. De ahí también el empleo constante y masivo que el candidato y sus ciberactivistas hacen de la red de internet.

En su equipo de campaña hablan de la fuerza del candidato, "tira de todos nosotros", pero el que le define con montones de elogios es su maestro, el catedrático Juan Torres, que se ha desplazado desde Sevilla para apadrinar a Garzón en la presentación del programa electoral de IU en la Universidad de Málaga. Torres asegura que su pupilo es el único candidato que "no tiene bolas de alcanfor en los bolsillos", "una auténtica máquina", que ya apuntaba maneras cuando con tan sólo 20 años fundó la asociación de estudiantes críticos más potente de España. El conocido profesor empieza el acto, que se celebra en el salón de grados de Psicología, repleto y con más concurrencia que durante la reciente visita de Francisco de la Torre, sorprendiendo a la misma organización al pedir directamente el voto para IU el próximo 20-N. Luego da paso a Alberto Garzón que, con sus 26 años, vuelve a demostrar que es un auténtico "pico de oro" que encandila a la audiencia, que sabe que ya es autor de 3 libros, el último prologado por el mismísimo Noam Chomsky.

El candidato describe el actual escenario político y responsabiliza de la situación a las multinacionales, bancos y grandes fortunas, que a su juicio son las que impiden que la democracia pueda existir. Eso sí, según explica, con la colaboración de PP y PSOE, que han decidido que la crisis la pague la gran mayoría, a fuerza de recortes. Dice que la crisis es una auténtica estafa ya que se intenta solucionar "mediante la transferencia de dinero público, nuestro dinero, a manos privadas". Y luego de advertir que "vamos al abismo, a un nuevo feudalismo", parece intentar relajar a la audiencia señalando que hay alternativas, aunque no será fácil, saliendo de la situación sin perder derechos y conquistas sociales. Habla de compensar el poder de la banca, de la redistribución de la renta para corregir las desigualdades y de la necesidad de que el Estado recupere sus herramientas, como, por ejemplo, la banca pública.

Ya con el tiempo en los talones, Garzón abandona el campus de la Universidad, una institución en donde ha trabajado siempre con retribuciones escasas y en el alambre de la inseguridad. Se debe reunir con sus más directos colaboradores, en un almuerzo, para preparar el polémico debate a tres bandas en Canal Sur. Una grabación que ocupará buena parte del resto de la jornada.

Antes de su partida ha expuesto su optimismo y el de sus compañeros, que le arropan de forma permanente con su presencia en todo tipo de actos, sobre los resultados que arrojen las urnas. El candidato cree que pueden recuperar el escaño de IU perdido hace 2 legislaturas, "las encuestas dicen que estamos al borde" y añade, que si eso es posible, ya no sería tan complicado alcanzar el segundo, se trata sólo de 20.000 votos. Habla de la necesidad de un grupo parlamentario fuerte de IU, de seguir sumando fuerzas en el futuro y de la necesidad de acudir a votar "porque la abstención y el voto en blanco pondría muy contentos a Botín y a los suyos".