A la caza de Gambusinos

15 de julio 2025 - 03:06

Málaga une su reciente fiasco para ser sede del Mundial de Fútbol en 2030 —que se jugará en tres países: España, Portugal y Marruecos— a anteriores aspiraciones que tampoco se lograron, como la capitalidad europea de 2016, la de la Innovación en 2022 o la Expo de 2027. Tengo el fundamentado convencimiento de que estos fallidos intentos internacionales, que se han hecho crónicos, no lo han sido por mala suerte, ni por falta de potencialidad de la ciudad para llevarlos a cabo, ni porque los jurados que deciden quiénes participan nos tengan manía. Más bien, se deben a un conjunto de circunstancias entre las que no falta la improvisación de la propia ciudad y, sin duda, la falta de sintonía con el Gobierno de turno, que siempre ha sido de signo contrario al de la ciudad. Pero, sobre todo, el alcalde tiene la manía de anunciar pomposamente candidaturas a eventos que la mayoría supone como ir a una caza de gambusinos.

Es curioso que haya estallado como una bomba el hecho de que el alcalde recule y desista de que Málaga sea sede del Mundial. Si no había posibilidad de llegar a tiempo con las infraestructuras, era preferible dar marcha atrás que llegar con estructuras deficientes, además de suponer muchos años de mermas para el fútbol local. ¡Ojalá en otros casos se hubiese decidido abortar la presentación a la candidatura! ¿De verdad merecía la pena dejar dos años al Málaga jugando en un campo de fútbol con tan solo un aforo de 12.500 personas? ¿Compensaba el agobio de no tener la seguridad de que las obras estuviesen terminadas a tiempo? Comprendo que se le exija al alcalde más seriedad y rigor en el anuncio de eventos importantes para la ciudad. Pero, francamente, ¿unos cuantos partidos de un Mundial que se van a repartir entre ciudades de tres países merecen de verdad dichos sacrificios? ¿Sabemos qué partidos acogería Málaga? ¿Tendría mucho atractivo —tanto como para hacer ese esfuerzo y la inversión necesaria— un partido, por poner un ejemplo, entre Zambia y Cabo Verde?

Saltamos al cuello del alcalde, que suele tener la costumbre de apuntarse a bote pronto a cazar gambusinos, y sin embargo callamos ante reveses mucho más importantes para la ciudad que un simple Mundial descafeinado con Portugal y Marruecos, como es que el Gobierno nos haya birlado, tramposamente, la sede del Centro Nacional de Ciberseguridad.

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