Celebración y reflexión

01 de diciembre 2024 - 03:09

Sabíamos Este año, la celebración del acto anual de Protección Civil del Ayuntamiento de Málaga ha estado marcado por las DANAs de las semanas pasadas. No solo por el reconocimiento a los distintos cuerpos, voluntarios y miembros de Protección destacados en las diferentes acciones que estos sucesos provocaron. También por la reflexión que desde la propia alcaldía se ha lazando sobre la necesidad de realizar las infraestructuras necesarias para evitar una catástrofe. Y añadiría yo, sobre el modo de planificar nuestras ciudades.

Que en el Mediterráneo se produzcan episodios de DANA, no es ninguna novedad. Antes los llamábamos gota fría. Lo que sí puede ser una novedad es la frecuencia y virulencia con la que se produzcan a partir de ahora como consecuencia del aumento de temperatura del Mediterráneo. Frecuencia y virulencia que puede alterar el tiempo de retorno de estas avenidas y su intensidad y dejar obsoletas nuestras actuales previsiones. Como bien planteó el alcalde en su intervención, se hace urgente reflexionar sobre las infraestructuras necesarias para responder a estos fenómenos excepcionales. Pero, también, tomar consciencia qué suelos son urbanizables y bajo qué condiciones. Porque no fue hace mucho cuando se presentó en Málaga un nuevo estudio de inundabilidad que dejaba amplias zonas bajo el riesgo de inundación en un periodo de retorno de 100 años y la respuesta inmediata fue cuestionarse su validez porque disminuía el valor de los suelos afectados o, simplemente, imposibilitaba su desarrollo urbanístico. Toda una tragedia, menor que la vivida en Valencia. La segunda respuesta fue que, si se hacía una serie de infraestructuras hidráulicas, si se modificaban ciertos puentes, el riesgo desaparecería. Lo que puede ser cierto, pero siempre previo al desarrollo la urbano.

Tras las últimas lluvias en Málaga, una familia que quedó aislada por la crecida del río se quejó de que nadie le avisó al comprar su casa que se encontraba en zona inundable. Desde 2016 existe la obligación de inscribir en el Registro de la Propiedad el reconocimiento del riesgo existente. En un pueblo de Valencia, nos comentaban que estaban acostumbrados a que la ciudad se inundase un palmo de agua periódicamente, pero que hace unos meses estaban discutiendo la posibilidad de urbanizar nuevos suelos. No está en mano del hombre controlar los fenómenos atmosféricos, pero sí paliar sus consecuencias

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