La corrupción es machista

El salón de los espejos

El patrón se repite. Desgraciadamente ya lo hemos visto antes y tengo pocas esperanzas de que esta sea la última vez que lo hagamos. La catadura moral de quienes (de momento; no se descartan nuevos fichajes) conforman la trama corrupta de Ábalos, Koldo y Cerdán ha quedado suficientemente retratada. Pero hay un asunto sobre el que entiendo que debemos reflexionar.

Apartando por un momento la alegría en el cobro de comisiones y el desprecio por el dinero público, resulta llamativo el tono con el que se refieren a las mujeres en los audios que hemos conocido hasta el momento. Todas son prostitutas que se intercambian comparando sus prestaciones, degradándolas como personas y reduciéndolas a meros instrumentos para satisfacer sus más bajos instintos.

A las más requeridas les buscaban un trabajo, “está en el paro la pobre” dice Koldo en uno de los repungnantes audios, garantizándose así el servicio sin tener siquiera que pagarlo con el dinero previamente robado. Le debía la vida, un trabajo y cotizaciones en la Seguridad Social. Esclavitud es, creo, una forma acertada de describirlo.

Lo mismo que hizo Ábalos con Jésica, quien acudió a la comisión de investigación del Senado completamente tapada para tratar de salvar algo de su dignidad. ¿Habrá más?

Hay otro dato revelador. No hay ninguna mujer implicada en esta sucia trama, al menos por el momento. Y es poco problable que vaya a salir alguna en las informaciones que iremos conociendo. ¿Porque las mujeres son más honradas, más honestas o tienen otro sentido de la ética? Necesitaríamos una respuesta científica pero parece poco verosímil.

A las mujeres les sigue estando vedado el poder real, los círculos en los que se mueven las cosas. Las hay con cargos importantes, con puestos de mando y altísimas responsabilidades. Pero no se salen ni un milímitro de esas competencias. Cuando los que mandan (o se creen que mandan o mandan en un determinado momento) se reúnen para lo que sea, ellas quedan fuera. El ejemplo de este caso es Leire Díez, conocida como la fontanera del PSOE. Trabajaba junto a los ahora destapados, tiene un “grupo de investigación” con empresarios damnificados... pero ¿a que no es protagonista?

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