Eterno alcalde

30 de septiembre 2025 - 03:09

Por lealtad, justicia y amistad, me siento compelido a recordar que el pasado jueves 25 de septiembre fue el onceavo aniversario de la muerte del que fue nuestro querido alcalde Pedro Aparicio. Médico, profesor universitario, escritor, político del PSOE, fue alcalde de Málaga desde mayo de 1979 a junio de 1995 y, posteriormente, eurodiputado hasta julio de 2004. Contertulio brillante del maestro Manuel Alcántara -quién lo bautizó como “el alcalde perpetuo de Málaga”-. Basta, para definirle como un hombre excepcional, una frase: Fue un hombre de honor. Siempre vivirá en nuestra memoria.

Lo único bueno que tiene llegar a tener una provecta edad, o dicho sin eufemismos, llegar a viejo, es la prudencia y sensatez con la que se toman las decisiones, cuando el futuro que queda por delante ya no se mide en décadas, sino en años, a veces en meses. He conocido a muchos, amigos, empresarios, políticos, prebostes sociales, empeñados en mantener su liderazgo y criterios hasta “morir con las botas puestas”. En no pocos casos los problemas sucesorios han terminado con sus empresas o han creado problemas en las instituciones que dirigían. Precisamente por eso, la sensatez que suele acompañar a la edad debería llevar a planificar, con tiempo suficiente, una transición serena y no traumática. Traigo estas reflexiones a colación por el caso de nuestro actual alcalde Francisco de la Torre.

Ha manifestado nuestro alcalde que está dispuesto a presentarse como candidato en las próximas elecciones municipales, aunque esta vez será difícil que complete la legislatura. El alcalde es consciente de que el tiempo no perdona y el trabajo se hace cada vez más penoso, hasta para un trabajador infatigable como él. Postularse nuevamente, (y seguramente ganar), para abandonar en un par de años, es crear un problema a su partido y, lo que es peor, a la ciudad, ya que no se ha preocupado de preparar un sucesor. Es, por otra parte, un fraude al pueblo de Málaga, ya que, en las elecciones municipales, la persona candidata a la alcaldía influye más que el partido al que pertenece. Y, además, cada vez tiene unos plenos más agrios. La oposición huele el cansancio del poder y cada pleno los prepara para que haya broncas. La prueba es que ya ha tenido que echar gente a la calle en algunos, e incluso abortar una sesión. La crispación es señal de que el ciclo se agota.

Creo sinceramente que Paco de la Torre debe considerar seriamente pasarle el testigo a quien crea mejor para regir la ciudad (yo lo tendría claro: Carolina España) y retirarse con sus éxitos cosechados, sin caer en la tentación de ser el alcalde eterno.

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