Un Gobierno generoso

09 de septiembre 2025 - 03:07

Lleva tiempo el Gobierno vendiéndonos que nos hace un gran favor condonando las deudas de las Autonomías con la Hacienda central. Con insistencia se pone el foco en que dicha quita incrementará sus disponibilidades económicas para mejorar a los ciudadanos, ya que no tendrán que pagar los intereses correspondientes ¿Quién puede negarse a tanta generosidad? Lo cierto es que, ni es por generosidad por lo que se empeña en la condonación, ni es ese el único objetivo perseguido. En primer lugar, la condonación a todas las Comunidades, no es más que para disfrazar la quita comprometida a los independentistas catalanes a cambio de sus votos y, en segundo lugar, la tal condonación no le supone al ciudadano ninguna mejora. Las deudas que adquieren los gobiernos, sean estatales, regionales o locales, las pagamos los ciudadanos con nuestros impuestos. Por tanto, la deuda condonada a Andalucía, en nuestro caso, incrementa en la misma cifra la deuda del Estado que la pagaría con nuestros impuestos, o sea que nos quedamos igual. Es como si sostenemos 10 Kg de peso en la mano derecha y trasladamos dicho peso a la mano izquierda, la primera se aliviará del peso, pero nos cansaremos igual llevándolo en la segunda. Cierto es que mejorará la disponibilidad dineraria de las autonomías para cubrir las necesidades ciudadanas de su competencia, pero empeorará la disposición estatal para atender las necesidades que le correspondan. Al final lo pagaremos los ciudadanos con más impuestos o menos atenciones.

Pero el foco hay que ponerlo, además, en otro objetivo que el Gobierno intenta mantener camuflado de momento, pero que está comprometido con los independentistas catalanes: la autonomía fiscal. O sea, primero se les condona la deuda y, una vez limpios de polvo y paja, pasan a recaudar todos los impuestos y solo le pagarán al Estado por los servicios recibidos, cantidad a determinar, una contribución a la solidaridad interregional (también a determinar) y recibirá una financiación especial por sus singularidades (a saber lo qué son esas singularidades). A lo que vamos, amigo: ¿Al final quién se queda con la deuda condonada a todas las autonomías incluida la de Cataluña? Todos los españoles menos los catalanes y los vascos. O sea, que nuestro generoso Gobierno, regala las deudas contraídas a las Comunidades, a cambio de los miserables votos de Junts y Esquerra, para mantenerse dos años más en la Moncloa. Menudo muerto nos va a dejar. La Hacienda estatal troceada y unos agravios comparativos entre las regiones que no lo arregla ni la mismísima Isabel la Católica que viniese. Y yo me pregunto ¿De verdad hay españoles, de derechas, de izquierdas o de la santísima centralidad, que se traguen este trile del Gobierno? ¿Qué puede contarnos Mª Jesús Montero a los andaluces? Porque los independentistas catalanes lo están diciendo todo a las claras. No se les puede acusar de mentir ni engañar a nadie.

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