La ciudad y los días

carlos / colón

El hijo de Neptuno

PEDRO Sánchez debe ser el hombre más sabio de España, por lo mucho que rectifica. Esther Williams de la política dado a tirarse a todas las piscinas en las que cree que puede pescar un voto, creado en parte por la televisión como contertulio, correligionario de otro político al que las tertulias han dado una popularidad que piensa aprovechar para optar a la Alcaldía de Madrid y preocupado por ese fenómeno televisivo de la temporada que es el Podemos al que el pasado sábado La Sexta volvió a tender alfombras, Pedro Sánchez es una mina de titulares y, dado su poco tino, una cantera de rectificaciones.

Su penúltima metedura de pata fue lo de los funerales de Estado para las víctimas de la violencia machista. La última fue afirmar que el Ministerio de Defensa sobra. En una entrevista publicada por El Mundo le preguntaron qué Ministerio sobra y qué presupuesto falta. Y Pedro Esther Williams Sánchez se tiró de cabeza a la piscina contestando: "Falta más presupuesto contra la pobreza, la violencia de género. Y sobra el Ministerio de Defensa". Olé. El PSOE tuvo que rectificar una vez más afirmando que el señor Sánchez "no pretende que se elimine el Ministerio de Defensa".

La rectificación da tanto miedo como la afirmación que desmiente. Porque pone los pelos de punta que uno de los dos partidos más importantes de España, con más experiencia y expectativas de Gobierno, y al que una reciente encuesta da como posible ganador de las próximas elecciones, tenga que desmentir a su secretario general y aspirante a la presidencia del Gobierno afirmando que el buen señor "no pretende que se elimine el Ministerio de Defensa". Tremendo. Es imposible que en otro país europeo una afirmación tan irresponsable dé lugar a una rectificación tan surrealista.

Algunos creímos que con Sánchez podía volver la socialdemocracia a la europea, en vez del socialismo teleñeco de Zapatero. No lo parece. Nuestro futuro próximo está en manos de ese guerrero de terracota del mausoleo de Qin Shi Huang llamado Rajoy, de esa reina de las piscinas -la sirena de España, el hijo de Neptuno- llamado Sánchez y de esa ficción televisiva llamada Iglesias. Visto que no acabamos de salir de la crisis, que cada día estalla un nuevo escándalo de corrupción y que ERC, utilizando a Mas como José Luis Moreno a Monchito, ha logrado socializar la radicalización independentista, la cosa es para echarse a temblar.

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