Mareado al pájaro bobo

La verdad es que nunca he sabido como se marean las perdices. Entre otras cosas porque nunca vi a ninguna arreándose un cubata. Algo que, por cierto, si he visto en otras especies, como los flamencos y, sobre todo, a los cernícalos. Pero lo que si estoy percibiendo es que se intenta marear a esa especie, entre la que creo que me han catalogado, que es la del pájaro bobo.

Sus señorías los diputados nacionalistas han conseguido que en el Parlamento Español se puedan expresar en su idioma materno. Un derecho que se les ha reconocido. Pero tan solo a los parlantes de gallego, catalán y eusquera, lo que me parece injusto y discriminatorio, ya que se han quedado sin ese derecho los que hablan el bable o el panocho, por ejemplo. Pues creo que habría que considerar que, si existe el derecho a expresarse en la lengua materna, también debe existir el derecho a escuchar en dicha materna lengua, así pues, el Parlamento Español debería tener tantos traductores, como combinaciones resulten, tomados de dos en dos, de todas las lenguas que se hablen en España. Hagan Vds. el cálculo y tómense un cubata como yo para deglutirlo.

Otro tanto ocurre con las selecciones nacionales autonómicas. ¿Qué me dicen? Un jugador, español, nacido en Andalucía y federado en Cataluña ¿En cuál de ellas jugaría? Otro cubata y para seguir mareando la perdiz. Y que me dicen de los republicanos catalanes que hace algún tiempo se fueron en masa a reverenciar la tumba del rey Wilfredo “El Pilos” ¿Eh? Pues otro cubata me voy a tomar a la salud de los republicanos asturianos por ser los únicos congruentes en este país: ¡Le quieren hacer un monumento al oso que mató a D. Favila por considerar que fue el primer republicano de España!

Pero no crean Vds. que sólo los políticos marean la perdiz, no, no, la marean otros muchos. Vean, sí no, a mi médico: −Se tiene Vd. que quitar del tabaco, el alcohol y las grasas por el colesterol, del pan, el azúcar y los hidratos de carbono en general por los triglicéridos, del marisco por el ácido úrico, ha de comer sin sal por la tensión… −Dr., no siga que la voy a palmar sanísimo. −Bueno, lo que tiene que hacer es comer muy poquito y con eso bastará. Y me sopla cien euros por el consejo. Total, para decirme lo que ya dijo Cervantes, sin cobrar ni un real de vellón, en boca de D. Quijote: “Sancho come poco y cena más poco que la salud del cuerpo se fragua en la oficina del estómago”. Me arreo otro cubata, eso sí cortito, a la salud de mi médico. Y el último a la salud de todos los paisanos de este tan rico paisanaje.

¿Han visto ustedes como nos marean a los pájaros bobos?