Todo es mentira

¿Ofrecía tortilla a los amigos que invitaba a ver la Semana Santa desde la terraza de su casa?

Celia Villalobos acaba de leerle la cartilla a la CIA y el resto de servicios de inteligencia del mundo: lo que se esconde tras la política de Covid cero que están siguiendo en Shanghái no es sino la represión de una revuelta política que intenta parar el gobierno metiéndole a 25 millones de chinos un palo por la nariz. Lo acaba de enunciar en televisión desde la autoridad que le confiere haber sido ministra de Sanidad. Rango con el que la presentó el moderador de la tertulia y desde el que se permite conjeturar que es eso o una nueva variante de la Covid. Se entiende que más peligrosa que la última.

Claro que también confesó que piensa así porque, lo de los chinos, "lo lleva muy regular". Y es que "todos los restaurantes de su barrio están en manos de chinos" que no "saben hacer tortilla de patatas como a ella le gusta". Siendo grave la disyuntiva a la que nos enfrenta la veterana política, represión o infección, sus declaraciones abren una serie de interrogantes no menos importantes.

¿En qué barrio vive Villalobos desde que vendió su ático en la plaza del Obispo? ¿Se vio forzada a su venta después de que la transformación urbanística del centro de Málaga que impulsó lo convirtiese en un parque de atracciones, donde es imposible encontrar una tortilla como Dios manda? ¿Ofrecía tortilla a los amigos que invitaba a ver la Semana Santa desde la terraza de su casa? ¿Dejaron de ir el día que la hizo con cebolla? ¿Por qué no puede tener cebolla la tortilla? ¿No es esto acaso un rasgo inequívoco de su autoritarismo chino? Y ¿por qué puede aprender a tocar la guitarra un chino y no puede aprender a hacer tortilla? ¿Es el peso de la cebolla en la cocina tradicional china la causa de que les salga mal? ¿Está resentida la ex alcaldesa por su eliminación en MasterChef tras no saber hacer un Hakao de toda la vida relleno de carabineros y se esconde detrás de la tortilla de los chinos? ¿En qué estaban pensando en el programa para llamarla después de la receta de caldo de puchero con hueso de cerdo, en lugar de vaca, que dio cuando era ministra? Siendo Málaga una ciudad cosmopolita y gustándome la cebolla en la tortilla ¿tendré ancestros chinos? ¿Ha comido Celia en todos los restaurantes de su barrio? ¿Estarán envenenándola con tortilla vegana de tofu y sin huevo de algún supermercado? Lo único que está claro es que la exministra hace honor al nombre del programa en el que sale.

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