Enseñanza individualizada en los colegios rurales
Interior · Educación
El centro educativo Almazara imparte clases a los sesenta niños de Jubrique y Genalguacil. Cuenta con profesores intinerantes para especialidades.
Estudiar en un colegio rural de alguno de los pequeños municipios, lejos de lo que pueda pensarse, conllevaba una notable ventaja sobre centros con un mayor número de alumnos. Y es que la enseñanza es prácticamente individualizada, algo que permite el hecho de que las clases suelen ser poco numerosas. Uno de estos centros es el colegio público rural Almazara, que está ubicado en el Valle del Genal, y que imparte clases a los niños de los municipios de Jubrique (37 niños) y Genalguacil (23 niños), dos localidades que están separadas por unos diez kilómetros. No obstante, el centro educativo funciona como una misma unidad.
Otra de las diferencias con otros colegios es parte del profesorado, especialmente aquellos que imparten materias específicas, que se desplazan de un municipio a otro para impartir las clases a sus alumnos, lo que evita que se tengan que producir desplazamientos de los pequeños de uno u otro pueblo. Tampoco tienen nada que envidiar estos alumnos en cuanto a instalaciones a otros niños que acuden a clase en colegios de grandes urbes. Y es que estos centros fueron creados en su momento para acoger entre 120 y 150 alumnos, por lo que disponen de clases amplias, patio, sala de informática o biblioteca, entre otros servicios. Tampoco les faltan las últimas incorporaciones a la enseñanza como las pizarras interactivas o material audiovisual. "En general, las sedes de los dos municipios están bastante bien dotadas", indicó Antonio García, director del colegio.
García también reconoció el esfuerzo que considera que se está realizando desde la administración pública para mantener abiertos este tipo de centros, que posibilitan que los niños de los pequeños municipios pueden tener el mismo servicio que aquellos que viven en ciudades sin necesidad de tener que acometer desplazamientos hasta otras localidades, algo que por norma general tendrían que hacer por carreteras estrechas y no en muy buenas condiciones.
"Las instituciones se han esforzado en mantener tanto los recursos materiales como los humanos al mismo nivel de siempre, lo que nos ha permitido dar continuidad a nuestro proyecto educativo", señaló García.
En este caso el número de alumnos matriculados en el centro educativo es algo mayor, pero hay otros municipios de la zona, como es el caso de Cartajima (localidad que saltó a la actualidad por buscar familias con hijos para evitar el cierre de su colegio), en el centro educativo del municipio se mantiene abierto con tres alumnos, aunque deberá alcanzar un mínimo de cinco para que las instalaciones no cierren para el próximo curso escolar.
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