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Júzcar: el 'pueblo pitufo' quiere ser algo más que una aldea azul

Panorámica de Júzcar.

Panorámica de Júzcar. / EFE

Doce años después de que Júzcar coloreara sus casas de azul para la promoción de la película Los Pitufos 3D, este pequeño pueblo de la Serranía de Ronda sigue atrayendo visitantes por el color de sus viviendas, aunque quiere convertirse también en un referente de la región en turismo de naturaleza.

Situado en el Alto Valle del Genal, a unas dos horas en coche de Málaga capital, Júzcar, con sus apenas 250 habitantes, recibió unos 47.000 visitantes en 2022, contando solo los que se acercaron al punto de información turística del pueblo, una caseta con forma de seta gigante situada a la entrada del mismo que atiende Alfredo Oballe.

El color como atractivo turístico

Oballe es el dinamizador de turismo y la persona que atesora todos los datos del pueblo en la cabeza: desde la distancia en kilómetros y tiempo que hay de Júzcar a los municipios de alrededor hasta el número de turistas que llegan cada mes y cada año desde 2011.

Desde el mirador de Júzcar, donde se pueden contemplar las azuladas viviendas del pueblo, Oballe explica a EFE que el pasado mes de abril pasaron por el centro de información 11.196 turistas, "una auténtica salvajada", asegura, por las vacaciones de Semana Santa.

El mejor año turístico fue 2013, cuando visitaron Júzcar 59.815 personas, coincidiendo con la promoción mundial de la segunda parte de la película de animación de Los Pitufos.

La mayoría de visitantes nacionales que llegan a Júzcar son andaluces, madrileños, catalanes y vascos, mientras que los extranjeros proceden, principalmente, de Turquía, Eslovaquia, Portugal, Francia, Bélgica y el Reino Unido.

El primer 'pueblo pitufo' del mundo

Júzcar fue un pueblo blanco más del Valle del Genal hasta que la productora Sony Pictures se fijó en él para convertirlo en el primer 'pueblo pitufo' del mundo para promocionar la película Los Pitufos 3D.

Para recrear el lugar donde habitan estas pequeñas criaturas azules se pintaron de este color todas las casas del pueblo (175 inmuebles, entre ellos la iglesia, el cementerio y el Ayuntamiento), para lo que se emplearon 9.000 kilos de pintura.

Dos años más tarde, en 2013, Júzcar volvió a acoger la presentación de Los Pitufos 2, evento que contó como padrino con el exjugador del FC Barcelona y de la selección española Andrés Iniesta y que volvió a catapultar el pueblo desde el punto de vista mediático.

El entonces alcalde de Júzcar, David Fernández, llegó a organizar un referéndum para preguntar a los vecinos si querían seguir siendo un pueblo azul una vez concluido el contrato con Sony y el 'sí' ganó por amplia mayoría.

Imagen de uno de los pitufos en el pueblo malagueño. Imagen de uno de los pitufos en el pueblo malagueño.

Imagen de uno de los pitufos en el pueblo malagueño. / javier flores

Vecinos orgullosos del azul

Tanto es así que, una década después, casi todas las viviendas de Júzcar siguen pintadas de azul. "Sony pintó el pueblo dos veces y nosotros lo hemos pintado dos veces más", explica a EFE el actual alcalde, Francisco Lozano, que recuerda que el consistorio facilita la pintura a los vecinos y éstos se encargan de darle colorido a sus casas.

Carmen es vecina del pueblo y muestra orgullosa a EFE su casa, que volvió a pintar de azul hace justo un mes. En primer lugar porque le gusta el color, pero también porque cree que así el pueblo se diferencia de los demás, atrae turismo y se crean puestos de trabajo.

Los vecinos no quieren desaprovechar el tirón que ha supuesto esta promoción cinematográfica, que ha dinamizado su economía y disparado el número de visitantes en la localidad, pese a que ello ha comportado la pérdida de la tranquilidad.

"Muchos fines de semana llegan hasta cinco autobuses llenos de turistas", resalta Carmen, que vive en la entrada del pueblo, cuyas estrechas calles son ahora un trajín de visitantes que a diario llegan en moto, coche o autocar y que se han convertido en el sustento de la economía local.

Prueba de ello es que Júzcar ha pasado de contar con un solo bar a tener seis, y "con vistas a abrir dos más", y han proliferado las casas rurales. Además, se ha disparado el interés por comprar o alquilar en el municipio, donde actualmente no hay ninguna propiedad disponible, afirma con rotundidad Alfredo Oballe.

Apuesta por el turismo de naturaleza

Júzcar ya no puede llamarse 'pueblo pitufo' por cuestiones de derechos de autor, así que ahora se promociona turísticamente como la 'Aldea Azul' y, más allá de la peculiaridad de su color, lo que quiere es ser también un referente para los amantes de la naturaleza y el turismo rural.

Tras la pandemia, indica Oballe, "lo que marca la diferencia es la sensación de contacto con la naturaleza, la sensación de control y la no masificación", y eso es lo que ofrece Júzcar gracias a su ubicación en el Valle del Genal: actividades de senderismo, barranquismo, tirolinas y espeleología.

Por su parte, los fans de Los Pitufos, además de recorrer las peculiares calles del pueblo, donde hay numerosos grafitis y figuras de estos personajes, pueden también participar en talleres de confección de gorros, pintaúñas y pintacaras. El objetivo, subraya el alcalde, es que los visitantes se vayan de Júzcar "con buen sabor de boca" y ganas de volver.

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