¿Por qué Marbella votó a Gil?

El Palacio de Congresos acoge esta semana una jornada en la que se aborda este fenómeno que provocó la primera disolución de un ayuntamiento en España.

Elisa Moreno Marbella

26 de mayo 2016 - 05:01

Solo han pasado 25 años desde que Jesús Gil ganara por primera vez las elecciones municipales en Marbella cuando surge la tan necesaria pregunta: ¿Por qué se votó al GIL? La respuesta a este fenómeno, que provocó la primera disolución de un ayuntamiento en España, radica, según aquellos que lo vivieron en primera persona, en un contexto de crisis pero también en el descontento de la ciudadanía con la clase política. "La gente puso toda su ilusión en un voto que luego resultó ser lo que no era. Pero eso solo fue en 1991, habría que preguntarse por qué se volvió a repetir en el 1995, en 19999 y en 2003", señaló la edil del PP, Francisca Caracuel, durante su intervención en las jornadas organizadas por el Consejo Social de la UMA que desde ayer se celebran en el Palacio de Congresos Adolfo Suárez de Marbella.

Aunque los sondeos de antes de los comicios de 1991 apenas le daban siete concejales a su partido, la sorpresa llegaría con el 64,5% de los votos, más de 20.500 papeleras en las urnas, y 19 concejales. "Gil era un encantador de serpientes, era una persona con mucho carisma", manifestó Andrés Cueva, ex senador de IU. "Ningún partido fue capaz de crear la ilusión que él creó con la construcción de infraestructuras muy llamativas como el paseo marítimo o las viviendas de El Ángel", agregó. Por su parte, el ex edil socialista Francisco Zori fue mucho más tajante: "Quien vota a un corrupto no es víctima sino cómplice". "Se sabía que Gil estaba en multitud de demandas por estafa y aún así se miró para otro lado. Convenció al pueblo de Marbella con panfletos, con proyectos como el tren bala y prometiendo regalar 5.000 viviendas gratis", añadió.

Ante la posibilidad de que un fenómeno de este tipo pudiera volver a repetirse las opiniones fueron muy diversas. "Hoy sería imposible repetir jurídicamente el caso GIL, otra cosa distinta es el populismo", apuntó Caracuel, mientras que Cuevas acusó al poder judicial de connivencia con el gobierno de Gil. "Antes había los mismos mecanismos jurídicos que hoy solo que no se ejercían, si no la bola no se hubiera hecho tan grande. Registradores, notarios, jueces, no solo miraron para otro lado sino que había connivencia entre ellos", puntualizó.

La jornada contó también con los testimonios del ex presidente de la Comisión Gestora de Marbella, Diego Martín Reyes, el abogado David Bernardo y el ex oficial de Marbella, Pedro Moreno Brenes, a quien apenas una semana después de hacerse cargo de la secretaría general del Ayuntamiento le entregaron una carta que lo enviaba de vacaciones forzosas. "Se produjo un desmantelamiento del estado de derecho. Gil jugó con el miedo, sobre todo con el de la plantilla municipal", señaló.

"O estabas con Gil o contra él, y eso generaba enemigos", apuntó, por su parte, Bernardo, quien recordó que la primera manifestación masiva contra GIL no llegó a producirse hasta 1996.

Por último, y ante una sala completamente vacía con la salvedad de apenas algo más de una decena de asientos, Martín Reyes concluyó en la necesidad de una reflexión sobre lo ocurrido hace 25 años. "El ciudadano marbellí no quiere tener memoria de lo sucedido, quiere olvidar, pero la desmemoria es peligrosa, solo recordando se puede evitar que se reproduzca", comentó. El seminario, que abordará este fenómeno desde diferentes ángulos, desde la llegada del gilismo a la ciudad, continuará en el día de hoy con el análisis del aspecto económico del urbanismo con ponentes como el ex decano del Colegio de Arquitectos, Antonio Vargas; el abogado y urbanista José Carlos Aguilera; el presidente de la Asociación Provincial de Constructores y Promotores, Emilio López; y el presidente de la Asociación de Estudios Urbanísticos y Territoriales, Vicente Seguí, entre otros.

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