Obituario

"Si estás escuchando esto es porque ya he muerto", el audio de la británica que celebró su funeral en vida en Cómpeta

Eileen Bush, la británica que celebró sus exequias el día que cumplía 80 años

Eileen Bush, la británica que celebró sus exequias el día que cumplía 80 años / Punto Press

Repartió invitaciones para celebrar sus exequias en vida en una luctuosa ceremonia con música, globos, cupcakes y hasta un féretro que la funeraria La Universal le había prestado de manera desinteresada. Aquel 9 de febrero de 2013, mientras el pastor Brown recordaba los acontecimientos más significativos que habían marcado su vida como si de una auténtica misa fúnebre se tratara, ella irrumpió en el salón al grito de “¡No, no, no! Todavía no estoy muerta!”. Y a renglón seguido agradecía a los más de 60 asistentes “el tiempo maravilloso” que había pasado en la provincia de Málaga. “Si hubiera esperado a estar muerta, no podría haber visto a alguna gente”, expresaba al comienzo de la velada. Eileen Bush, la británica afincada en Cómpeta que reunió en un hotel a familiares, vecinos y amigos para brindar por la vida el día en el que cumplía 80 años, ha fallecido por causas naturales. 

El funeral, esta vez sí, se celebró hace tres meses con los mismos invitados que habían acudido a su primer 'entierro'. Eileen no quiso que fuera un día más. Ese día, la familia reprodujo un audio que ella misma grabado unos años antes con un mensaje alentador: "Si estás escuchando esto es porque ya he muerto. Disfrutad cada día y levantaos con ganas de vivir".

La británica fue enterrada en el municipio en el que residía junto a Michael, su marido, desde hacía casi dos décadas. Allí fue donde se había propuesto “disfrutar de lo que sus allegados hablarían de ella en un día así”. “A veces se dice de broma: qué pena no poder estar presente y escuchar las buenas palabras de los nuestros, porque sabemos que en la misa nadie hablará mal de nosotros”, bromeaba entonces Nataly Brooks, amiga íntima de la familia Bush.

"Es muy bonito reunirse en una fiesta antes de morir”

Eileen tenía 88 años y no pocos problemas de salud que venía padeciendo desde muy joven. Y tanto era así que no pensaba, ni siquiera, que podría llegar a festejar el medio siglo de vida. “Estoy muy muy contenta. Es muy bonito reunirse en una fiesta antes de morir”, manifestaba la británica aquel día, poco antes de que la ceremonia diera paso a un convite que se prolongó hasta la madrugada mientras el cantante Darry Marx amenizaba la velada con un emotivo repertorio. “Me siento feliz por festejar en vida el funeral de mi mujer, que quiere despedirse de este mundo”, afirmaba su pareja a este periódico. 

Un año después de su entierro en vida, una costumbre que entre los ingleses e irlandeses es más común de lo que parece, la rutina de Eileen apenas había cambiado. Confesaba que no tenía “paciencia” para actividades más exigentes, como la pintura, pero sí le gustaba leer, pasear, conversar con la gente y ver la televisión. Su salud, sin embargo, fue empeorando. Tuvo que someterse a una intervención quirúrgica para que los médicos le extirparan un tumor en un riñón. Pero tampoco ese episodio le arrancó la sonrisa. “Ha pasado un año y sigo aquí. Me encuentro bien. Sé que el mundo no lo está, pero mi vida es fantástica y amo a la gente que me rodea”, decía.

La británica sabía que su cumpleaños de cuerpo presente la había convertido en la vecina más popular del pueblo, revolucionado en los días previos al evento. La ceremonia contó incluso con un vehículo fúnebre, generó una gran expectación mediática y fue emitida en varias televisiones autonómicas y nacionales.

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