Vecinos piden que se acolche un parque infantil para evitar accidentes

Un informe municipal de 2013 concluía que "no existe abandono en su mantenimiento"

El parque situado en la urbanización Pinar de Montemar.
Julio Aparicio Torremolinos

Torremolinos, 10 de noviembre 2014 - 05:01

"El suelo es de tierra desnuda y duro, y los niños que vienen aquí a jugar pueden hacerse daño. Lo normal sería que la superficie estuviese acolchada, como en los demás parques; recubrir toda la extensión con caucho o goma no costaría más de 300 ó 400 euros. No pedimos nada del otro mundo, y ayudaría a prevenir accidentes. Además, cuando llueve, esto se tira un tiempo embarrado e impracticable". Así explica Martina Martínez, residente en las inmediaciones, la situación del parque infantil de la urbanización Pinar de Montemar, sito entre las calles Perú y Uruguay, en Torremolinos. La controversia con respecto a este espacio se remonta a noviembre de 2011, cuando los vecinos de la zona presentaron un escrito al Ayuntamiento, respaldado con 168 firmas, para solicitar la mejora de las medidas de seguridad de dicho recinto. En concreto, se demandaba la colocación de un suelo acolchado alrededor de los toboganes, columpios y demás juegos, para evitar que los niños se lesionasen en caso de caída.

Posteriormente, el grupo municipal del PSOE, a través del concejal Pedro Pérez, entregó un ruego al Consistorio, con fecha de 19 de octubre de 2012, en el cual se le pedía al ente local que diese las instrucciones oportunas para "adecuar el parque y garantizar la integridad y seguridad de los niños usuarios de tales instalaciones". En el documento, al que ha tenido acceso este periódico, se exponía que el mencionado espacio se encontraba "en estado de abandono" e incumplía el Decreto 127/2001 sobre medidas de seguridad en parques infantiles.

El ente local emitió una respuesta el 14 de junio del año pasado a través del concejal delegado de Servicios Técnicos, Pedro García, donde se aseguraba que el recinto y sus elementos "cumplen con la normativa del Decreto 127/2001 de Medidas de Seguridad", con arreglo a un informe emitido por la arquitecta de planeamiento Maribel Gutiérrez. En este último documento, del cual también dispone este periódico, la arquitecta concluye que, tras una inspección ocular, el parque "cumple con lo regulado en el citado Decreto", que "su estado de conservación es bueno" y que "no existe ningún tipo de abandono en su mantenimiento".

A pesar de ello, Martina no desiste. "Es de sentido común, y sólo hay que verlo: si un niño se cae del tobogán, como poco se rompe un hueso. Lo que solicitamos los padres y abuelos de los menores para los que este parque se creó es del todo razonable y puede llevarse a cabo fácilmente, por lo que no vamos a cejar en nuestro empeño", sentenció.

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