El antiguo restaurante de Isabel Pantoja en Fuengirola tendrá un nuevo uso

Isabel Pantoja fue propietaria de un antiguo restaurante de Fuengirola, el Cantora. Este local, que permanecía cerrado desde hace varios años, va a transformarse en un centro municipal pensado para el ocio juvenil, ha adelantado EFE.

La tonadillera abrió este restaurante en Fuengirola en 2001, hace casi 25 años, y también un lugar de copas en este local, ubicado en una parcela de propiedad municipal en la zona del parque comercial Miramar, pero que regentaba en régimen de concesión administrativa.

Una vez cerró Cantora, Isabel Pantoja alquiló el restaurante a unos ciudadanos de origen chino, que habían abierto en él un bufé de comida asiática que también terminó cerrando. Tras este último cierre, el inmueble quedó abandonado y fue desvalijado en varias ocasiones.

El Consistorio fuengiroleño se hizo con el antiguo Cantora Copas e inició los trámites para dar por finalizada la concesión en lo referente al restaurante.

Fuentes municipales han comunicado a EFE que el Ayuntamiento está avanzando en las obras del nuevo Centro Joven y la alcaldesa del municipio, Ana Mula, ha visitado recientemente los trabajos de rehabilitación del edificio. Este espacio contará con una amplia sala para eventos, terraza con anfiteatro, así como espacios para la creatividad, robótica, 'gaming' y juegos de mesa.

Desvalijan el antiguo Cantora

En el año 2023,el que fuera el restaurante de la tonadillera fue asaltado y desvalijado por parte de individuos que destrozaron el interior y se llevaron desde los utensilios del comedor hasta los fogones industriales de la cocina.

Desde el exterior de lo que fue Cantora se apreciaban precintos rotos y las puertas forzadas, cristales hechos añicos, mesas y sillas tiradas por el suelo, pintadas y mucha suciedad, y en el interior, olor a podredumbre y un suelo pringoso y resbaladizo.

En la cocina no quedó prácticamente nada. "Se han llevado todo, platos, hasta la maquinaria industrial", explicó a EFE un vecino de la zona, Manuel Gómez, que paseaba habitualmente por esta zona y que vio cómo los asaltantes sacaban las cosas ayudados, incluso, por carritos.