Cártama tramita unos 800 expedientes para demoler casas en zonas inundables del río
El alcalde aclara que se trata de viviendas irregulares construidas en el campo, que no pertenecen al núcleo urbano de la Estación
Cártama pide que ser declarada 'zona catastrófica' tras las últimas inundaciones, las terceras que sufre en un año
Todos los mapas de inundabilidad señalan a Cártama como uno de los puntos más vulnerables ante lluvias intensas dentro la provincia de Málaga, y la historia lo demuestra. En apenas un año, el municipio ha sido víctima de hasta tres riadas que han anegado calles y viviendas en varias de sus áreas urbanas o pedanías –octubre de 2024, marzo de 2025 y la del pasado fin de semana–. La Estación y la barriada de Doña Ana son los puntos más sensibles, pero no los únicos. De hecho, el Ayuntamiento está tramitando entre 700 y 800 expedientes para derribar casas construidas irregularmente en toda la cuenca del río, fuera del casco urbano.
Así lo confirmó ayer el alcalde, Jorge Gallardo, aunque comenta que en esta ocasión no se han recibido tantos avisos de incidencias en ellas, los expedientes para su demolición se reactivaron precisamente después de la Dana de octubre del año pasado. “Disciplina urbanística sigue tramitándolos, son procesos largos, porque los vecinos alegan, nadie quiere perder una vivienda por muy ilegal que sea y por mucho que esté en zona inundable”, afirmó, subrayando que los expedientes “siguen adelante”.
No obstante, el regidor precisó que los expedientes abiertos afectan a viviendas ubicadas en parcelas en el campo, y que no corresponden al núcleo de la Estación de Cártama, población que también está levantada sobre una zona claramente inundable, pero para la que Gallardo subraya una diferencia. “No son viviendas irregulares, se construyeron con sus licencias y todos los parabienes del mundo”, defiende, sino hace 35 años, cuando se hicieron, “no había mapas de inundabilidad” ni toda la información sobre ríos que existe hoy en día. “Es verdad que ha crecido, pero no vamos a demoler media Estación de Cártama. Son zonas urbanas consolidadas. Es un pueblo”, insiste. Lo que hay que hacer, subraya, es “buscar las alternativas para sacar esas aguas de ahí”.
El esquema visual explica el problema. Cártama –la Estación, en concreto, pero también Doña Ana– está encajada en pleno valle bajo del río Guadalhorce, y en este acaban las aguas de innumerables arroyos y de otros cauces como el río Fahala o río Grande, su principal afluente, con el que se une ya muy cerca de Cártama formando una especie de ‘Y’ en la que cuando se producen lluvias tan intensas, un brazo trae todo el agua que viene de Álora y el Desfiladero de los Gaitanes, y el otro, de la Sierra de las Nieves.
“Dos caudales medianos se juntan en uno de 700, 800 o hasta 1.000 metros cúbicos por segundo, y lo hacen de golpe, con lo que se multiplica la virulencia, la energía de arrastre del río y, por supuesto, su capacidad de inundación”, explica José Damián Ruiz Sinoga, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Málaga (UMA), que añade que justo a la salida de esa conexión, lo que el río se encuentra es la Estación de Cártama y otras pedanías. “Son carne de cañón”, advierte.
Soluciones hidráulicas en río Grande
La solución hidráulica que señala el experto es “evitar que confluyan los dos picos de avenida, actuando en río Grande”. Aquí está la famosa presa de Cerro Blanco, de la que se lleva hablando desde los años 90 y que ha encontrado un fuerte rechazo de ecologistas y agricultores. En opinión de Sinoga, esta infrastructura “genera más problemas sociales de los que resuelve”, puesto que su construcción supone inundar una zona amplia en la que hay “una serie de parcelas de gran rendimiento, con propietarios”. En este caso, incide implicar a los afectados en la toma de decisiones y “no actuar a sus espaldas”.
Dicho esto, en lugar de una presa, el experto aboga por hacer “diques transversales, que permitan retener acarreos sólidos ante caudales de avenida, así como el acopio de agua par el abastecimiento en momentos de escasez”. Esta sería, además, “una solución ambiental más integradora, menos impactante y con menor respuesta social por parte de la ciudadanía afectada”. La misma opinión tiene el alcalde Cártama, que es partidario de “varias presas de retención” a lo largo de río Grande.
De cualquier forma, “sea una grande o varias”, lo que el regidor pide son soluciones “desde la tranquilidad, el sosiego, sin crear enfrentamientos con nadie”. Así, el alcalde señaló que se había emplazado con la delegada del Gobierno de la Junta, Patricia Navarro, para mantener una reunión después de las fiestas navideñas, en la que también estuvieran técnicos de Medio Ambiente. Además de Cerro Blanco, el regidor considera fundamental actuar en los arroyos, y avanzar en el encauzamiento y limpieza del Guadalhorce. Sobre esto, afirmó que desde marzo “se ha bajado casi dos metros de profundidad el cauce” y que eso ha hecho que, esta vez, en Doña Ana la incidencia haya sido “menor”.
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