El frustrado matadero de Ronda se convertirá en secadero de jamones
Los redactores del nuevo PGOU ven viable devolverle la catalogación de industrial al edificio abandonado
El nuevo proyecto para el viejo matadero tendrá viabilidad urbanística con el nuevo Plan General de Ordenación Urbana. De este modo, la vieja estructura que se levanta al borde de la carretera entre Ronda y Sevilla, en las proximidades del cruce que conduce hacia Benaoján, podrá tener nuevamente un uso industrial. En concreto, los redactores del nuevo Plan General de Ordenación Urbana consideran que es compatible el dotar a este edificio de la calificación de industrial que había perdido en el anterior PGOU, una vez que fracasó el proyecto inicial de construcción de un matadero comarcal en forma de cooperativa. No obstante, no recuperará esa función de matadero.
En la actualidad las instalaciones se encuentran abandonadas y sin uso, aunque existe un inversor interesado en hacerse con las mismas para poner en funcionamiento un proyecto relacionado con la industria cárnica. En concreto, fuentes próximas al proyecto han explicado que se trataría de construir una planta de transformación cárnica, que contemplaría la construcción de un secadero de jamones, un almacén frigorífico y una sala de despiece.
Aunque los redactores consideran que esta función es compatible y viable, su inicio inmediato ha quedado limitado a la zona que en actualidad ya se encuentran edificada, mientras que la posible ampliación de las instalaciones quedará pendiente hasta que el nuevo Plan General de Ordenación Urbana cuente con la aprobación definitiva por parte de todas las administraciones que deben darle su visto bueno. Eso sí, la reforma del edificio actual se podría iniciar una vez que se produzca la aprobación inicial por parte del Pleno del Ayuntamiento de Ronda, algo que está previsto para finales de este mes.
De momento, fuentes de la propiedad aseguran que el inversor que pretende llevar efecto este proyecto sigue interesado, aunque permanecía a la espera de conocer si era posible desde el punto de vista de la legalidad urbanística antes de acometer un desembolso económico de esa magnitud. De hecho, la asamblea de socios, que está formada por más de 100 personas, acordó la venta de los terrenos si el proyecto salía adelante, como ahora todo hace indicar que sucederá.
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