Marbella

Muere Benjamín, el niño con cáncer que pedía un ascensor para salir de su casa

  • Bomberos de Marbella asumen los gastos del entierro del pequeño, de 7 años 

  • Falleció tras sufrir una parada cardiorrespiratoria sin que a su familia le ofrecieran un inmueble

Bomberos suben a Benjamín por las escaleras de su casa, que no tiene ascensor

La voz de Benjamín se apagó el viernes. Su vida había dado un giro de 180 grados cuando los médicos le detectaron un tumor en la cabeza que le terminaría derivando en una parálisis. Se desplazaba en silla de ruedas y solo podía salir de su casa, situada en una cuarta planta sin ascensor, con la colaboración de los bomberos de Marbella, que prácticamente a diario le subían y bajaban a pulso por las angostas escaleras del inmueble. La familia tenía tramitadas unas ayudas que nunca le llegaron.

Fueron ellos también los que asumieron los gastos del sepelio. Un total de 6.000 euros inasumibles para Natalia, la madre del menor, que está separada. Los bomberos habían acondicionado incluso parte del piso en el que residía con su madre y su hermana para tratar de hacerle la vida más fácil, hasta que sufrió una parada cardiorrespiratoria, sin que los sanitarios pudieran hacer nada por salvar su vida.

Benjamín iba a competir en un campeonato de matemáticas. "Era muy inteligente", afirma la progenitora, rota de dolor. Hasta que enfermó, jugaba al fútbol, su gran pasión. Pertenecía al club de fútbol Fundacion Marbella. Fue en el campo donde comenzó a manifestar los síntomas de una dolencia que ha terminado arrebatándole la vida.

El niño necesitaba una vivienda con ascensor o un bajo accesible para su silla de ruedas. En enero recibió el visto bueno del equipo médico para que regresara al colegio. Pero, según el testimonio de su madre, ninguna de las puertas a las que llevaba llamando desde entonces le ha proporcionado respuesta. Además de los bomberos de Marbella, sus otros ángeles de la guarda son Miguel y Daniel, los dueños de un gimnasio próximo a su casa que han asumido la tarea de desplazarle hasta el portal para queda pueda ir al parque, a pasear o a tomar un helado. Natalia agradece la ayuda que le prestaban y aunque aseguraba que lo hacían “con el corazón”, reconocía entonces que no podía depender indefinidamente de la labor desinteresada de estos trabajadores.

La madre también destacaba el ofrecimiento de José Reina, responsable de la Asociación de Voluntarios de Oncología Infantil (AVOI), para sacar a Benjamín a la calle. “Tenía toda la disposición del mundo pero una persona de 60 años no puede cargar a un niño de 30 kilos y después subir cuatro plantas”, se lamenta. Fue él quien le puso en contacto con los bombero de Marbella, que, remacha, han devuelto la vida al pequeño. Después de que los médicos le descubrieran un tumor cerebral, entre octubre y enero Benjamín permaneció ingresado en el Hospital Materno Infantil. Tuvo que recibir radioterapia.

La evolución fue satisfactoria, pero la pesadilla comenzó cuando volvieron a Marbella, ya en silla de ruedas, y comprobaron que el menor no podía salir a la calle. Su movilidad se había ido viendo mermada progresivamente. El tratamiento de corticoides al que durante cuatro meses tuvo que someterse le terminó afectando a la motricidad. Un logopeda le ayudaba además a ejercitar la musculatura de la cara. “Antes andaba despacito y podíamos subir, pero ahora ni eso porque él no siente las piernas”, relataba la progenitora.

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