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Acudió a la Jefatura de la Policía Local de Coín ensangrentado y con media oreja. Según su testimonio, su cuñado le había arrancado un fragmento del pabellón auditivo, que tenía desprendido. Había ocurrido tras un rifirrafe previo que la víctima mantuvo con su pareja, quien se refugió en casa del presunto agresor, que ya ha sido detenido. Los agentes practicaron una búsqueda en la vivienda en la ocurrieron los hechos para tratar de localizar el miembro amputado. Ni rastro.
De los hechos se tuvo conocimiento poco antes de las 7 de la tarde de este domingo. Una persona pedía auxilio mientras golpeaba unos cristales. Los gritos retumbaban en la sala de espera. Fuera, aguardaba una persona que pedía auxilio. Tenía varias heridas que parecían ser profundas en un antebrazo y en la mano derecha. Y lo más grave: una oreja amputada. El herido, visiblemente nervioso, atribuía lo sucedido a su cuñado. Quería denunciarlo. Los policías que lo atendieron evacuaron al individuo hasta el centro de salud de Coín ante la posible demora de la ambulancia.
La víctima había discutido con su novia, que se habría refugiado en la vivienda del supuesto autor de la agresión. El afectado acudió hasta allí para buscarla. Irrumpió golpeando la puerta hasta romperla para acceder al interior. Fue entonces cuando se produjo un forcejeo entre los dos cuñados, ambos treintañeros. Uno de ellos le propinó un mordisco al otro. "Te voy a meter en la cárcel", reaccionó el herido.
Los policías locales, tras las averiguaciones y la toma de declaración a los implicados, arrestó al supuesto agresor, al que le leyeron sus derechos como autor de un delito de lesiones. Después, fue trasladado hasta el cuartel de la Guardia Civil de Coín, que continuará con la investigación del caso.
La Guardia Civil abrió también el pasado mes de abril una investigación a raíz de la agresión que un profesor de un instituto sufrió a manos, presuntamente, de tres personas a la salida del centro. La víctima presentó una denuncia.
Los tres supuestos agresores son ajenos al referido instituto y no estaban escolarizados, según explicaron entonces desde la Junta de Andalucía, que condenó "toda agresión o conducta lesiva ante cualquier integrante de la comunidad educativa".
La delegación de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta en Málaga continuó, a través del servicio de Inspección, con las actuaciones de seguimiento del caso. Al haber presentado denuncia el profesor, la actuación de la Administración quedó supeditada a la resolución de la autoridad judicial al respecto.
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