Teodora, la reina de Comares que llegó al Tate Modern Museum de Londres

Una fotografía en su 'rincón' vendiendo almendras se expuso en el prestigioso espacio cultural por una artista muy reconocida

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Teodora en su rincón
Teodora en su rincón / Ignacio Martín

Comares/La vida puede ser difícil. Por desgracia, no todas las personas disponen de un plato encima de la mesa todos los días. No se puede decidir el origen, pero sí cómo tomarse el día a día. Teodora Pinos Coín nació en Comares en 1939. España finalizaba la Guerra Civil y Europa se preparaba para la Segunda Guerra Mundial. Era un tiempo complejo. Al igual que muchas personas más, la vecina axárquica pasó hambre, y se vio obligada a trabajar día y noche desde bien joven para poder salir adelante. Más de medio siglo después, vive con una sonrisa, parte almendras y se las vende a sus vecinos, a quienes les alegra su día a día: "Esta es mi vida, mi felicidad, no necesito más", se sincera la comareña. La misma vida que le quitó su infancia, la recompensó con reconocimiento: fue fotografiada en su 'rincón', acabó en el Tate Modern Museum de Londres, se subió a un avión con Jesús Calleja y tuvo un momento brillante en directo con Toñi Moreno.

Teodora nació en una familia humilde. Junto a seis hermanos y sus padres, trabajó en las tierras que heredaron sus antepasados. En la España de la posguerra, en un pequeño pueblo de la Axarquía, y sin muchas opciones, la comareña recogía aceitunas, almendras y algarrobas. "En aquella época se ganaba muy poco con eso, no teníamos casi para comer", añade la protagonista.

Salió adelante, siempre con una sonrisa y disfrutando de su vida. A los 20 años se casó y se mudó del campo al pueblo: "No teníamos dinero ni para la casa, la cual pagamos con el tiempo", expresa Teodora. Fue allí donde montó un puesto de verduras junto a su marido. Este sería el trabajo que ejercerían el resto de su vida laboral, aunque anteriormente realizó muchas otras labores: "Aún recuerdo cuando ayudaba a mi marido a recoger la basura con el mulo, iba por las calles cantando", narra la axárquica.

Una joven Teodora ya demostraba su carisma y desparpajo por allá donde iba: "Siempre me ha gustado el humor y ser alegre", comenta. Una anécdota que siempre permanecerá en su memoria, ocurrió cuando cobró por primera vez una ayuda: "Me dieron 30.000 pesetas, en aquella época era dinero, me dio para ponerme una dentadura nueva. Lo celebré tanto que los vecinos se alborotaron y acabaron celebrando conmigo", explica la protagonista.

Teodora en su rincón
Teodora en su rincón / Ignacio Martín

Puesto de verduras, tranquilidad en la vida

Fue con ese puesto de verdura, ya en el pueblo, y con las ayudas, cuando la vida de Teodora se tranquilizó: "Con menos de 40 años, no teníamos casi nada", aclara. Ella y su marido pasaban el día vendiendo tomates, papas, pimientos, peras... Todas las frutas y verduras que disponían de sus terrenos.

Paralelamente, a su difícil día a día, crio a cuatro hijos. "Nacieron dos mellizos en pleno invierno", explica Teodora. Después, llegarían siete nietos y tres bisnietos: "Que me dan felicidad diaria", añade la axárquica. Así, pasó el tiempo, la pareja fue capaz de mantener su puesto y formar una familia. A los 65 años se jubiló, llegó el momento para que Teodora disfrutara de su vida.

Teodora en su rincón
Teodora en su rincón / Ignacio Martín

El 'boom' de Teodora

Teodora siempre fue una mujer muy amistosa, enérgica, con muchas ganas de reír y hacer reír. "Siempre me han dicho que soy una artista", expresa. Aunque ha sido muy respetada y conocida en el pueblo, no le llegaría su 'boom' hasta que se autofundó su espacio: 'El Rincón de la Teodora', en ese momento se hizo "famosa".

Teodora consiguió su prestigio únicamente por ser como es. Los vecinos la definen como una vecina ejemplar, que nunca ha tenido problemas con nadie y que ha estado dispuesta a ayudar, a pesar de sus dificultades. La misma vida que la castigó en su infancia, la reconoció de mayor.

Fundado su rincón, con letrero incluido, llegaron los turistas. Teodora pasa mañana tarde y noche pelando almendras, admite que "por puro entretenimiento". Cada vez que pasa alguien, levanta su cabeza y entona su voz característica, que resuena por casi todo el pueblo. "Es imposible no pararse en el Rincón de Teodora", explica Ana María Martín, vecina del mismo municipio.

Teodora en su rincón
Teodora en su rincón / Ignacio Martín
La fotógrafa toma la instantánea de Teodora en su 'rincón'
La fotógrafa toma la instantánea de Teodora en su 'rincón' / M.H.

Una artista de los pies a la cabeza

Su carisma y forma de ser ha hecho que numerosos turistas vayan a Comares únicamente para ver su espacio. La famosa fotógrafa Steph Huang sacó una instantánea de la protagonista, su sencillez, elegancia y noble apariencia, que transmiten sus ojos marrones y su sonrisa permanente, y su delicadeza al partir almendras, acabaron en el Tate Modern Museum de Londres.

Antes de ese momento, llegaron más medios de comunicación. En pleno directo, sorprendió a Toñi Moreno en 'Hoy en Día', y también se subió en un avión con Jesús Calleja, junto a una amiga, María. Sus amigas y familiares añaden que la timidez nunca definió a Teodora: "Quitaba los micrófonos a los periodistas, o cantaba y bailaba en algunos momentos", comentan sus vecinas. "A los turistas les encantan Teodora, si no se entienden, se inventa el inglés", añaden.

Sin duda, la pasión de Teodora ha sido el baile y cante. Tiene claro, que en otras circunstancias de la vida, "me habría ido a Madrid o más lejos para intentar ser artista", se ríe la protagonista. Este sueño no ocurrirá, "ya solo quiero pelar almendras y cantar, y que no me hablen de trabajo", pero nadie le quitará a Teodora su sonrisa y capacidad de hacer disfrutar a las personas. Quizá, realmente sí es la artista que siempre quiso ser.

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