Un tesoro prehistórico desconocido

Los yacimientos megalíticos son muy conocidos en algunas zonas de la provincia de Málaga, con especial relevancia en el caso de Antequera, aunque en otros puntos existen vestigios de aquella época, aunque, en algunos casos, son unos grandes desconocidos para el gran público.

Uno de estos ejemplos podrían ser los dólmenes existentes en el término municipal de Alpandeire, cuya construcción está datada entre el periodo Neolítico y el Calcolítico, por lo que se les supone que tienen una antigüedad de entre 3.000 y 4.000 años.

Conocidos como los dólmenes de Encinas Borrachas, Montero y Sepultura del Gigante, desde el municipio se consideran que son un importante tesoro histórico poco conocido, como relata el profesor, Gaspar Mena, que recomienda incluir su visita en una ruta que parta desde Ronda y que discurra por el Tajo del Abanico hasta la zona Encinas Borrachas en la que se ubican estas construcciones del pasado.

Unos enterramientos que durante algún tiempo también han estado vinculados a la leyenda y uno de ellos toma su nombre de la creencia de los vecinos de la zona de que algún ser gigante había habitado en el paraje y había sido enterrado allí, pasado a denominarse como Sepultura del Gigante.

Estos dólmenes también son fácilmente visitables accediendo a este punto desde la A-369, aunque se recuerda la obligatoriedad de cerrar las puertas que permiten la entrada al paraje en el que fueron construidos.

Pese a que estos monumentos han sufrido expolios, en un estudio realizado en el dolmen de la Sepultura del Gigante se hallaron huesos humanos y distintos objetos que fueron enterrados junto a los difuntos tales como seis puntas de flecha, cuatro de sílex y dos de cristal de cuarzo, dos pequeños cuchillos de sílex y dos núcleos de cristal de cuarzo usados para extraer las puntas de flecha. De ello se intuye que los antiguos pobladores recibían sepultura junto a sus objetos más preciados.

Pero el pasado histórico de este espacio también está vinculado a la época romana, ya que han aparecido junto al dolmen de Montero vestigios de asentamientos romanos, al haberse encontrado multitud de tégulas (tejas romanas) y de piedras que se cree que pudieron formar parte de la construcción de una antigua villa.

No son los únicos dólmenes de la Serranía de Ronda que permanecen casi invisibles para el gran público. Muy cerca del casco urbano rondeño, a escasos metros de las casas de la urbanización 'Arenal 2000'. Allí, medio ocultos por la maleza, también se encuentran otros dólmenes a los que estaba previsto poner en valor, aunque, a día de hoy, siguen sumidos en el olvido.