La tierra del cambalache político

Manilva es la tierra de las uvas y del cambalache político. En la historia reciente de la ciudad no se recuerda mandato tranquilo ni periodo en que todas las formaciones con representación hayan pactado unas con otras o, lo que es lo mismo, conspirado unas contra otras. Los actores y el escenario se mantienen mientras van cambiando las tramas ya sea por decisión de los guionistas locales o por cameos judiciales inesperados. Sea como fuere, y sin ánimo de hacer spoiler, el final siempre es el mismo: no hay mandato que termine con el alcalde con el que empezó o sin cambios en las bancadas del salón de plenos.

Por empezar por lo más cercano hay que hacer mención a la reciente dimisión de la alcaldesa Antonia Muñoz. La ya ex regidora anunció el pasado viernes su decisión de abandonar la política "para dedicarse a la familia". En su intervención no hizo mención alguna a la investigación judicial de la que es protagonista, junto a parte de sus allegados, por un caso de presunto enchufismo masivo en la Administración local.

Muñoz cosechó ocho concejales en las pasadas elecciones locales encabezando la candidatura de IU. Y se aupó a la Alcaldía tras sumar los dos ediles de la Agrupación Socialista de Manilva, del independiente Emilio López Berenguer. La aparente normalidad en el funcionamiento del equipo de gobierno se vio sobresaltada el año pasado, cuando tanto Muñoz como todos los concejales de IU abandonaron la coalición de izquierdas tras las exigencias de la dirección provincial, que no quería tener a su actriz principal paseándose por los platós judiciales.

Con la marcha de Muñoz y a siete meses de las elecciones, López Berenguer asume el puesto de alcalde al menos durante los próximos veinte días. Todo parece indicar que será el número dos de Muñoz, Diego Urieta, quien tomará su relevo si no hay giros inesperados.

Emilio López Berenguer es el otro gran veterano de la política en Manilva. Originariamente miembro del PSOE, fue expulsado en 2001 de la formación por pactar con ex gilistas para quitarle la Alcaldía a la propia Antonia Muñoz en 1999. López Berenguer fundó su propio partido, la ASM, con el que concurrió a los comicios de 2003 y de 2007 consiguiendo representación e incluso formando parte del gobierno local en coalición con IU desde 2007 hasta 2009. Ese año, la decisión de dos de sus concejales de abandonar la formación y la incorporación del PSOE al Ejecutivo local lo relegaron a la bancada de la oposición. Un lugar donde, parece, acabó fraguando el acercamiento con Muñoz, a la que apenas unos años antes desbancó de la Alcaldía.

Más atrás en el tiempo, fue la Justicia la que propició cambios en el gobierno local tras la detención del entonces alcalde, Pedro Tirado, por el caso de La Parrada. Por aquel entonces, en 2005, el PSOE estaba encabezado por Salvador Zotano, que se negó a apoyar a Antonia Muñoz como candidata a la Alcaldía, desoyendo las órdenes de la dirección provincial socialista, que lo expulsó (posteriormente lo reintegraría). Zotano pactó con dos tránsfugas de la ASM y con los compañeros de Tirado para conseguir la Alcaldía, dejando a Muñoz y Berenguer en la oposición.

En el escenario político de Manilva en la última década repiten casi todos los actores, a excepción de Tirado y, ahora, de Muñoz. Tanto Zotano como López Berenguer, antagonistas y archienemigos, siguen en pie, mientras que en las filas del PP se mantiene otro clásico, Francisco Miguel Álvarez, que ha pasado por el GIL y el PDEM. Con más giros que Juego de Tronos continúa la vida política de Manilva. Habrá que esperar a ver lo que dan de sí las conversaciones de pasillo y en qué termina esta nueva temporada de la historia municipal.