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Entre trabucos y asaltos: El museo del Borge, la joya del bandolerismo

Imagen del Museo del Bandolero

Imagen del Museo del Bandolero / Museo del Bandolero (El Borge)

En un pequeño pueblo de la Axarquía, El Borge, ha tomado fuerza un tesoro cultural que lleva a los visitantes a través de los intrincados caminos de la vida del famoso bandolero conocido como El Bizco. El museo del Bandolero, inaugurado en febrero, no solo se ha convertido en el más grande del mundo, sino que también ha cautivado la atención de los malagueños y de turistas extranjeros, especialmente de Bélgica, Holanda, Alemania, Francia e Inglaterra, que representan el 70% de los visitantes.

Al llegar a sus puertas, los visitantes son recibidos por el mayor jardín vertical de la Axarquía y el tercero de la provincia. Este espacio verde no solo es un deleite visual, sino también un lugar perfecto para organizar eventos relacionados con la temática del bandolerismo.

Este museo, que comenzó como una colección privada en Ronda, ha viajado 30 años en el tiempo y kilómetros hasta El Borge, la cuna del bandolerismo. Con más de 1.400 objetos, ofrece una mirada detallada a la vida de El Bizco de El Borge y al fenómeno del bandolerismo en el país.

Desde los orígenes sociales y contextuales que dieron origen al fenómeno, pasando por la transmisión de las historias, la mitificación de los bandoleros y los actores clave en esta narrativa, el museo del Bandolero es un viaje completo a través de la historia intrigante y a veces peligrosa de El Borge.

El recorrido culmina con el último bandolero de la historia, Pasos Largos, cerrando el ciclo de una época llena de leyendas y valientes forajidos. Los visitantes tienen la oportunidad de sumergirse en la cultura, entender el contexto social y apreciar la complejidad de un fenómeno que marcó una era en el terreno nacional.

El origen del bandolerismo

El bandolerismo, una forma de vida al margen de la ley, ha dejado una huella indeleble a lo largo de la historia, manifestándose de diversas maneras en distintas culturas. Desde vikingos hasta piratas, estos forajidos desafiaron las normas sociales y, en el caso de España, Andalucía vivió un momento particularmente intenso a partir de 1808.

El desencadenante fue la entrada de Napoleón por el norte de España, dejando a pequeños pueblos como El Borge, Cútar y Almachar indefensos ante las tropas invasoras. Ante la ocupación, la población se enfrentó a la decisión de huir o resistir, dando origen a los llamados bandoleros, considerados héroes nacionales por su lucha contra las fuerzas napoleónicas.

Imagen de la vestimenta típica de un bandolero Imagen de la vestimenta típica de un bandolero

Imagen de la vestimenta típica de un bandolero / Gema Rubio Galo (El Borge)

Sin embargo, tras la retirada de los franceses, algunos bandoleros continuaron sus actividades, esta vez dirigiendo sus acciones contra los ricos y terratenientes locales. Algunos robaban por motivos ególatras, mientras que otros adoptaban un enfoque más altruista, robando para ayudar a los pobres.

Con el tiempo, la percepción de los bandoleros evolucionó. Estos personajes, que alguna vez fueron considerados héroes, fueron estigmatizados como criminales de todo tipo, desde ladrones hasta asesinos y violadores. La palabra bandolero mderivó de los bandos que se publicaban para buscar a quienes cometían crímenes, pasando de héroes nacionales a fugitivos buscados.

El primer bando con imágenes de la época del bandolerismo El primer bando con imágenes de la época del bandolerismo

El primer bando con imágenes de la época del bandolerismo / Museo del Bandolero (El Borge)

En el Museo del Bandolero de El Borge, los visitantes pueden explorar este período a través de obras pictóricas de Eugenio Rosas, que ilustran la transformación de los bandoleros en esa época. Ismael Fernández, responsable del museo, destaca que enjuiciar a un bandolero en esa época era un hecho notable, ya que muchos eran condenados a la horca. La práctica del garrote vil, oficializada por Fernando VII en 1832, se mantuvo hasta 1974, bajo el régimen de Franco.

Las ventas, donde los bandoleros se reunían para beber, comer, negociar y, a veces, pelearse debido al alcohol, eran el epicentro de sus actividades. Allí, se forjaban alianzas y enemistades, marcando un capítulo intrigante en la historia del bandolerismo andaluz. Este museo ofrece una ventana única para comprender la complejidad y la evolución de estos personajes que desafiaron las normas sociales de su tiempo.

El bandolero más peligroso de todos los tiempos

En las intrincadas páginas de la historia de El Borge, destaca la figura misteriosa y temida de El Bizco, un bandolero único en su clase. A pesar de su peculiaridad de ser bizco de ambos ojos, las historias de la época insisten en que tenía la mejor puntería de todos los bandoleros. Líder de la banda más peligrosa de todos los tiempos, El Bizco dejó una huella imborrable en el pueblo.

Placa conmemorativa de la que fue la casa de El Bizco Placa conmemorativa de la que fue la casa de El Bizco

Placa conmemorativa de la que fue la casa de El Bizco / Gema Rubio Galo (El Borge)

Su fama como criminal se cimenta en que causó más bajas en la Guardia Civil que cualquier otro delincuente en la historia. Aunque su liderazgo estaba marcado por la violencia, algunos habitantes de la Axarquía aún lo defienden como una figura más compleja de lo que sugieren las leyendas.

La controversia de su figura se refleja en la peculiar protección que brindaba al pueblo. Al tener al bandolero más peligroso en El Borge, el pueblo se mantenía a salvo de posibles atacantes, creando una extraña conexión entre el criminal y los habitantes locales.

La destreza en la puntería del Bizco alimenta numerosas leyendas, como la de la veleta de la iglesia que, según cuenta la historia, recibió dos disparos directos de sus habilidosas manos. Aunque durante mucho tiempo se afirmó que fue la Guardia Civil quien puso fin a la vida del Bizco, la verdad revela un giro más inesperado: fue envenenado por una de sus amantes.

La figura de la mujer en el mundo del bandolerismo

Las mujeres también desempeñaron un papel crucial destacándose como valientes bandoleras que desafiaron la ocupación francesa durante 1808. Entre ellas se encuentran figuras notables como Juana la valerosa, Margarita Cisneros, Carmen la contrabandista y Sebastiana del Castillo. Sin embargo, una de las figuras más destacadas es la panadera Tía Agustina, a quien el responsable del museo describió como la Manuela Malasaña de la Axarquía.

Tía Agustina se convirtió en la imagen de la resistencia contra las tropas francesas en El Borge. Cuando la avanzada de Napoleón llegó al pueblo y acampó en una montaña cercana, ninguno de los 15 hombres que durmieron allí amaneció con vida. Ante esta tragedia, la panadera tomó medidas audaces para proteger a su comunidad.

Fernández relató que Tía Agustina arrojó los cuerpos de los franceses en un pozo en su casa, que aún existe en la actualidad. Con el ingenio y la valentía característicos de una líder, rodeó toda la plaza del pueblo con colmenas. Al amanecer, las abejas atacaron a los soldados franceses, forzándolos a huir y permitiendo que los habitantes de El Borge ganaran un valioso tiempo para escapar. La estrategia fue tan efectiva que tomó dos días para que los invasores pudieran ser repelidos y el pueblo quedara libre.

En reconocimiento a su valentía, Tía Agustina cuenta hoy con una calle en El Borge, donde una vez estuvo su casa. Su legado perdura como un testimonio de la resistencia y la determinación de las mujeres que desafiaron a las tropas napoleónicas, dejando una huella imborrable en la historia del pueblo.

Pasos Largos, el último bandolero

La figura de Pasos Largos emerge como el último de su estirpe, llevando consigo una vida marcada por la indumentaria que aún se puede contemplar en las etiquetas de las cervezas Victoria Pasos Largos.

Prácticamente toda la vida del último bandolero se refleja en los objetos personales que han perdurado hasta hoy. Agua para cocinar, una escopeta para la defensa, platos, aceite, azúcar y sal son solo algunos de los elementos que se encontraron en su cueva, revelando la sencillez y la dura realidad de su existencia.

El tour completo ofrece una visión integral de la vida de Pasos Largos, desde sus primeros días hasta su trágico final. Aunque inicialmente no fue considerado una persona maliciosa, la soledad extrema que experimentó al vivir completamente solo en una cueva eventualmente dejó su huella en su personalidad. La falta de contacto social transformó al hombre en una figura huraña y solitaria.

Al final, la vida de Pasos Largos dio un giro oscuro cuando, después de décadas de vivir como cazador furtivo para subsistir, acabó tomando la vida de otra persona. Este trágico evento marcó un cambio definitivo en su historia y en su percepción por parte de la sociedad. Pasos Largos fue asesinado en 1934, poniendo fin a la última página de la historia de los bandoleros en El Borge, un capítulo que mezcla la leyenda y la realidad de un hombre cuya vida refleja las complejidades y desafíos de la época.

El responsable del Museo del Bandolero compartió su visión de convertir esta zona en un escenario vibrante para eventos, conciertos, festivales y más. El primer evento, una cata de vinos flamenca, fue un rotundo éxito. Mientras se compartían historias de bandoleros, los asistentes degustaban vinos de la provincia, sumergiéndose en una experiencia multisensorial única. Este evento histórico marcó el primer pago en la historia de El Borge, con una lista de espera que habla del interés que genera el museo.

Fernández, siempre mirando hacia el futuro, tiene planes "emocionantes" para el museo. La recreación de una venta antigua, el punto de encuentro tradicional de los bandoleros, es solo el comienzo. Se vislumbra un futuro interactivo y dinámico, con rutas tematizadas que llevan a los visitantes por los senderos de la historia del bandolerismo y teatros que dan vida a las leyendas.

Uno de los actores vestido de bandolero en el Museo del Bandolero Uno de los actores vestido de bandolero en el Museo del Bandolero

Uno de los actores vestido de bandolero en el Museo del Bandolero / Gema Rubio Galo (El Borge)

Pero lo más emocionante son las interacciones con actores que encarnan a los bandoleros, sumergiendo a los visitantes en el mundo de los forajidos. Desde encuentros sorpresa con Pasos Largos hasta dramatizaciones de asaltos simulados, el Museo del Bandolero promete ser mucho más que un simple recorrido histórico. Es una experiencia inmersiva que transporta a los visitantes a una época llena de misterio, valentía y emoción.

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