La vendimia francesa, nicho de empleo

Vecinos de la comarca de Ronda siguen viajando al país vecino para trabajar en la recolección de la uva Recibirán 600 euros por diez días de trabajo

Un grupo de jornaleros posa tras el almuerzo.
Javier Flores Ronda

14 de septiembre 2014 - 05:01

En tiempos de crisis, los desempleados españoles todavía encuentran en la vendimia francesa una oportunidad para conseguir un trabajo temporal y lograr unos ingresos extra. Es el caso de José Carlos Badillo y Almudena Tirado, una pareja de rondeños que se encuentran ambos en el paro y que se enteraron por un amigo de que buscaban a personal para conformar una cuadrilla y viajar a Francia a trabajar en la vendimia. Ninguno de los dos tenía experiencia, pero no dudaron ni un segundo en aventurarse a emigrar temporalmente al país vecino para lograr unos ingresos que, aseguran, les vendrán muy bien. José Carlos y Almudena forman parte de una cuadrilla compuesta por vecinos de Los Prados (pedanía de Ronda) y Alcalá del Valle (Cádiz, comarca natural de Ronda), que se han desplazado hasta el municipio de Epernay, a 2.600 kilómetros de su lugar de residencia, y perteneciente a una de las regiones francesas en las que se producen algunos de los mejores champagnes galos.

La imagen del emigrante español hacia la vendimia francesa poco tiene que ver con el pasado. Ahora el viaje se realiza en avión desde Málaga y el alojamiento es en un hotel que bien podría formar parte de un paquete vacacional de turismo rural. Transporte y alojamiento que son sufragados por los contratantes, al igual que las comidas. Así, los 600 euros que percibirán por diez días de trabajo serán ingresos líquidos.

Eso sí, aunque las comodidades son mucho mayores, la intensa jornada de trabajo se sigue manteniendo. A las seis de la mañana se levantan para acudir al desayuno y desplazarse a los viñedos, situados a unos 5 kilómetros del hotel. A partir de este momento toca un duro día, en especial, para aquellos que se enfrentan por primera vez al corte de la uva. A pesar de todo, se sienten satisfechos, porque las horas de trabajo son menos que en España y los sábados son jornada extraordinaria, con el consiguiente incremento de sueldo.

Los españoles siguen siendo los preferidos para realizar este trabajo, pues los propietarios de las bodegas aprecian mucho la rapidez. Una cuadrilla de 25 personas puede llegar a recoger 62.500 kilos de uva, con una media por persona de unos 2.500 kilos diarios.

Los emigrantes españoles reconocen que les cuesta adaptarse a algunas de las costumbres galas, como la gran diferencia para realizar las comidas. "Aquí cenamos a las siete de la tarde", explica José Carlos. Eso sí, también se adaptan rápido y cumplen, por ejemplo, con la tradición de tomar una copa champagne al final de cada jornada.

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