Dolores Jiménez es una rondeña que a sus noventa años sigue tocando a diario su acordeón animando a sus vecinos y a los clientes del supermercado de su hija. Sus primeros sones los tocó cuando tenía tan solo doce años, aunque nunca fue a una escuela de música o recibió clases. "Lo aprendí de oído porque siempre me gustó", explica. Y es que era uno de sus hermanos, Diego, que sí lo tocaba y a ella le despertó la curiosidad por la música y, en particular, por el acordeón. Incluso en la pandemia tocaba tras los aplausos a los sanitarios para levantar el ánimo con música.
Dolores Jiménez anima todos los días su calle con su acordeón
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Esta rondeña sigue tocando a diario a sus noventa años este instrumento con el que empezó a familiarizarse en su adolescencia
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Dolores Jiménez tocando el acordeón.
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