Medioambiente

El otro precio de la energía

  • La contaminación del aire provocada por el consumo de combustibles fósiles causa más de cinco millones de muertes anuales en el mundo

  • Los estudios prospectivos indican que la transición energética podría prevenir el 82% de esta carga de enfermedad

Una mujer sentada en el Parque Lumpini en Bangkok junto a edificios de gran altura, envueltos en  'smog' y neblina de polvo fino pesado.

Una mujer sentada en el Parque Lumpini en Bangkok junto a edificios de gran altura, envueltos en 'smog' y neblina de polvo fino pesado. / RUNGROJ YONGRIT / EFE

Un nuevo estudio publicado en The British Medical Journal ha puesto de manifiesto las consecuencias impactantes de la contaminación del aire, especialmente por partículas finas y ozono, en la salud de la población a escala global. El informe estima que se atribuyen unos 8,34 millones de muertes en exceso por año en todo el mundo a estos contaminantes, subrayando la necesidad urgente de una acción decisiva. Las directrices mundiales sobre la calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS) llaman la atención sobre el enorme peaje que supone la contaminación atmosférica para la salud humana, que provoca millones de muertes al año, comparables al tabaquismo.

La investigación, que proporciona un análisis exhaustivo del impacto de la contaminación del aire en la mortalidad, revela que el 52% de la carga recae en condiciones cardiometabólicas, siendo la enfermedad cardíaca isquémica responsable del 30% de la carga de mortalidad. El accidente cerebrovascular y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica contribuyen significativamente, representando cada uno el 16% de la carga de mortalidad total. Además, alrededor del 20% de la mortalidad por todas las causas permanece sin definir, con posibles implicaciones para la hipertensión arterial y enfermedades neurodegenerativas.

“Nuestros resultados sugieren que una eliminación progresiva de los combustibles fósiles a escala mundial tendrá grandes beneficios para la salud, mucho mayores que los indicados por la mayoría de los estudios anteriores. Estos datos apoyan el aumento de la cuota de energías limpias y renovables, propugnado por la ONU a través de los objetivos de desarrollo sostenible para 2030 y la ambición de neutralidad climática para 2050”, señalan los autores en el estudio.

Quizás la revelación más alarmante es que se estima que 5,13 millones de muertes a nivel global se deben directamente al efecto de la contaminación del aire derivada del uso de combustibles fósiles. Esta cifra, que representa el 82% del máximo de muertes por contaminación del aire que podrían evitarse mediante el control de todas las emisiones antropogénicas, subraya la importancia crítica de abordar la causa principal.

Por ello, el estudio hace énfasis en que una eliminación progresiva de los combustibles fósiles podría potencialmente prevenir el 82% de estas muertes en exceso, equivalente a 5,13 millones de vidas al año. Esta cifra destaca el papel crucial que desempeñan las emisiones de combustibles fósiles en las tasas de mortalidad globales y exige intervenciones rápidas y efectivas para reducir la dependencia de estas fuentes de energía perjudiciales.

Según indican los resultados de la investigación, “hemos constatado que la mortalidad por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (especialmente por ozono) y cáncer de pulmón se reducirá proporcionalmente más que otras enfermedades no transmisibles”. Al mismo tiempo, señala que las infecciones de las vías respiratorias inferiores, principalmente en los países de renta baja con un uso menos abundante de combustibles fósiles en la actualidad, disminuirán menos.

La conclusión del estudio es clara: la eliminación gradual de los combustibles fósiles es una intervención crucial y efectiva para combatir el cambio climático y mejorar significativamente los resultados de salud globales. El objetivo de las Naciones Unidas de lograr la neutralidad climática para 2050 refuerza la recomendación de reemplazar los combustibles fósiles con un acceso equitativo a fuentes de energía limpias y renovables.

Por tanto, este estudio liderado por el Instituto Max Planck, en Alemania, pretende servir como una llamada más de atención a gobiernos, responsables de políticas e industrias de todo el mundo. Subraya la necesidad urgente de un cambio de paradigma en la producción de energía hacia alternativas sostenibles y limpias, no solo por el bien del planeta, sino, crucialmente, por la salud y el bienestar de millones de personas en todo el mundo. Si se siguen estas recomendaciones, el estudio sugiere que la contaminación del aire ambiente podría dejar de ser un factor principal de riesgo ambiental para la salud, allanando el camino para un futuro más saludable y sostenible. “Dado el objetivo de neutralidad climática para 2050 del Acuerdo de París sobre el Clima, la sustitución de los combustibles fósiles por fuentes de energía limpias y renovables tendría enormes beneficios colaterales para la salud pública y el clima”, explican en sus conclusiones los investigadores.

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