Semana Santa

La vida misma es como un Domingo de Ramos

Devotos frente a María Santísima de la Salud en la iglesia de San Pablo.

Devotos frente a María Santísima de la Salud en la iglesia de San Pablo. / Álvaro Cabrera (Málaga)

Una auténtica montaña rusa de emociones. El Domingo de Ramos arrasa por los sentimientos de los malagueños que viven una Semana Santa distinta, viviéndola con la ilusión e inocencia de un niño al ver las inéditas estampas de los sagrados titulares dispuestos en altares extraordinarios en sus templos. Pollinica optó por disponer flores de palma, ramas de olivo y claveles crema rodeando a Nuestro Padre Jesús a su Entrada en Jerusalén y María Santísima del Amparo. La espera se hacía notar hasta la calle Císter.

Altar de culto de la cofradía de Pollinica. Altar de culto de la cofradía de Pollinica.

Altar de culto de la cofradía de Pollinica. / Álvaro Cabrera (Málaga)

A primera hora de la mañana, la sede la Agrupación de Cofradías, la iglesia de San Julián estaba tranquila, en ella se encontraban los sagrados titulares de la archicofradía del Huerto. Por la tarde, se cambió la disposición de los mismos para su veneración, junto al Señor se colocó al ángel confortador, y como perfecto telón de fondo, el manto de Nuestra Señora de la Concepción con el olivo.

Altar de la archicofradía del Huerto para la mañana del Domingo de Ramos. Altar de la archicofradía del Huerto para la mañana del Domingo de Ramos.

Altar de la archicofradía del Huerto para la mañana del Domingo de Ramos. / José Miguel Ramírez (Málaga)

Pero es la vida. De la ilusión y la inocencia infantil, llegan los sentimientos puros y vivos de la juventud que ama sin condición a una madre. Y en este caso, Málaga se rindió ante la Virgen de Lágrimas y Favores, ataviada de azul y rojo. Los fieles esperaron desde la plaza de Félix Sáenz para poder contemplar a ‘La niña de San Juan’. Por su parte, la hermandad de la Salutación ofreció una impronta singular con el Nazareno portando una corona de espinas sobre su cabeza. La Virgen del Patrocinio y San Juan Evangelista estuvieron enmarcados por la bambalina frontal del palio.

Colas en la iglesia de la Santa Cruz y San Felipe Neri, sede de la hermandad de la Salutación. Colas en la iglesia de la Santa Cruz y San Felipe Neri, sede de la hermandad de la Salutación.

Colas en la iglesia de la Santa Cruz y San Felipe Neri, sede de la hermandad de la Salutación. / Álvaro Cabrera (Málaga)

Y si hay una petición constante a lo largo de nuestra vida es, sin ninguna duda, Salud, y ahora más que nunca. En el barrio de la Trinidad, la Virgen que goza de dicha advocación estuvo en veneración bajo el Santísimo Cristo de la Esperanza en su Gran Amor. Una pareja de jóvenes que ya pisaban la rampa para acceder al templo se apretaron las manos y susurraron: “Que nunca nos falte”. Y es que, ante los momentos de flaqueza, todos acuden a esa esquina de San Pablo para que la Virgen le tienda sus manos.

Barrio de Capuchinos

La plaza de Capuchinos estaba completamente rodeada de fieles que quisieron acudir a una doble cita, puesto que en este templo malagueño residen dos hermandades del Domingo de Ramos, como son el Dulce Nombre y el Prendimiento. Algunos malagueños tuvieron que esperar hasta dos horas para acceder al interior del templo.

Todas las imágenes, dispuestas en un único lateral de la parroquia de la Divina Pastora simulaban un espacio museístico ante la grandiosidad de sus altares. La Virgen del Gran Perdón, precedida de una densa candelería, resplandeció alzada al lado de Jesús del Prendimiento. Estampa impactante la que ofreció la Virgen del Dulce Nombre con su manto oscuro bordado con estrellas.

Hermandades del Prendimiento y Dulce Nombre en la Divina Pastora. Hermandades del Prendimiento y Dulce Nombre en la Divina Pastora.

Hermandades del Prendimiento y Dulce Nombre en la Divina Pastora. / José Miguel Ramírez (Málaga)

La vida, que poco a poco enseña a tener Humildad, y que en la Victoria fue venerada junto a la Madre de la Merced bajo palio. La amplitud de la plaza del Santuario permitió que las colas se formaran alrededor de la fachada del templo y avanzaran a buen ritmo. Un Domingo de Ramos de humildad, y de mucha paciencia para soportar las colas.

En la calle La Unión, la hermandad de la Humildad y Paciencia sorprendió con un grandioso altar preparado para contemplar a la Virgen de los Dolores y Esperanza, una Dolorosa que también se presentó bajo su bambalina frontal y una candelería. Justo a la entrada, y sobre un enorme monte de corcho y flores variadas, el Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia sobrecogió con su fuerza arrolladora.

Sagrados titulares de la hermandad de Humildad y Paciencia en la iglesia de San Vicente de Paúl. Sagrados titulares de la hermandad de Humildad y Paciencia en la iglesia de San Vicente de Paúl.

Sagrados titulares de la hermandad de Humildad y Paciencia en la iglesia de San Vicente de Paúl. / José Miguel Ramírez (Málaga)

La nota musical

Seguro que en las cabezas de muchos cofrades resonaban melodías propias del Domingo de Ramos. Marchas que se emitieron por las calles del centro histórico y que se pudieron disfrutar en directo. La música clamó desde el cielo de la plaza del Obispo y la calle Alcazabilla, hasta seis formaciones musicales interpretaron marchas en directo.

‘La Esperanza de María’, fue la elección de la agrupación musical San Lorenzo Mártir para este día. Sones que hicieron que el nudo en la garganta apareciese, en los propios músicos y en los que desde la plaza tuvieron la suerte de escuchar a la agrupación.

En varios momentos del día se sucedieron diversos conciertos, destacando el ofrecido en la plaza del Santuario por la banda de música maestro Eloy García de la archicofradía de la Expiración que tocó ‘Humildad’, en honor al titular que se encontraba expuesto en el templo. La vida es música, la vida son emociones, y el Domingo de Ramos dio vida a unos cofrades que acudieron a la llamada de las cofradías.

Otros sintieron una sensación extraña, casi de temor, al ver tantas personas concentradas por las calles del centro histórico, aunque los equipos de las propias hermandades y cofradías se afanaron en cumplir todas las medidas de seguridad en sus respectivas sedes canónicas. Y es que la vida es puro contraste, en la vida hay emociones que no tienen explicación. La vida misma es como un Domingo de Ramos en Málaga.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios