Semana Santa

Un pregón repleto de vivencias en la bendición del vino de la hermandad de Viñeros de Málaga

  • Jesús Díaz Domínguez repasó la historia de la corporación y recorrió los puntos destacados de su procesión de Jueves Santo

Pregón realizado tras la bendición de las uvas en la iglesia de la Aurora y Divina Providencia.

Pregón realizado tras la bendición de las uvas en la iglesia de la Aurora y Divina Providencia. / M. H.

A corazón descubierto, así pregonó Jesús Díaz Domínguez este sábado en la 73º edición de la bendición litúrgica de las uvas y el mosto, organizada por la hermandad sacramental de Viñeros en la iglesia de la Aurora y la Divina Providencia.

A los pies de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Viñeros, colocado sobre un portentoso altar efímero, repleto de velas con cera roja, destacando el carácter sacramental de la corporación, y un variado exorno floral, se realizó la bendición y el prensado de las uvas por parte del hermano mayor de la hermandad, José Manuel Díaz.

Antonio S. García, vocal de comunicación, presentó un acto, que cumplió con todas las medidas de seguridad y sanitarias impuestas por la pandemia de coronavirus, al que asistieron hermanos mayores de diferentes hermandades y Pablo Atencia, presidente de la Agrupación de Cofradías de la Semana Santa de Málaga. “Es un honor en un año tan complicado, diferente y raro poder estar a los pies de nuestro señor y nuestra bendita madre para poder realizar este acto un año más”, comentó el joven.

Nuestro Padre Jesús Nazareno de Viñeros en su altar efímero. Nuestro Padre Jesús Nazareno de Viñeros en su altar efímero.

Nuestro Padre Jesús Nazareno de Viñeros en su altar efímero. / F. G.

El encargado de dar paso al pregonero fue Francis Márquez, quien exaltó dicho acto el pasado año. Se detuvo en el relato de las Bodas de Caná, en el que el señor realizó la conversión del agua en vino. Tras la historia, presentó a Jesús Díaz, devoto, mariano y cofrade de la hermandad del Santo Traslado.

“Esta pandemia de muerte se ha llevado por delante a nuestros seres queridos. En la retina guardamos la desesperación, el dolor, la ira, las calles desiertas”, comenzó pregonando Díaz. Y es que las consecuencias del coronavirus están presentes en cualquier celebración, incluso en un humilde pregón extraído de las uvas y el mosto conectándolo con el corazón, tal y como mencionó el literato.

El pregonero describió la historia de la corporación y recorrió diversos puntos de su salida procesional de cada Jueves Santo, mientras observaba a Nuestra Señora del Traspaso y Soledad de Viñeros en su capilla sobre un centro de nardos. No faltó la reivindicación del paso de las cofradías por calle Carretería y la Tribuna de los Pobres, el agradecimiento a los sanitarios y fuerzas de seguridad, especialmente a los miembros de la Unidad Militar de Emergencia, y un pequeño guiño al barrio de la Trinidad.

“Tras el Señor de la Vendimia viene el pentagrama perfecto, la clave musical idónea, el compás más acompasado, la corchea y semicorchea perfecta, la fusa y semifusa adecuada, las blancas y negras armoniosas”, comentó Jesús Díaz refiriéndose a la Agrupación Musical San Lorenzo Mártir, que con gran maestría interpreta marchas procesionales tras el nazareno. Jesús Díaz declaró que es una formación sinónimo de la mejor música procesionista de Andalucía. Palabras que emocionaron especialmente a Francisco Gil, miembro de esta formación musical.

La ceremonia finalizó con la entrega de una réplica de las llaves del Sagrario de la iglesia que porta el Nazareno de Viñeros en su procesión a Juan Arenas Camarena, por su colaboración en la rehabilitación del templo. El emotivo canto de ‘La Salve’ a la titular mariana cerró el acto.

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