Semana Santa

El Prendimiento se la juega con mal resultado

Prendimiento, de vuelta, rodeada de paraguas.

Prendimiento, de vuelta, rodeada de paraguas. / Ana Jiménez

La sorpresa vino a mitad de la tarde: el Prendimiento decidía salir casi una hora más tarde con un itinerario más corto evitando el recorrido oficial para que Capuchinos pudiera vivir unos instantes de la alegría que inunda el barrio un Domingo de Ramos. La incredulidad duró unos pocos minutos, solo hasta que se abrieron las puertas y la música, que ya no se esperaba en las calles durante la jornada, empezó a marcar el paso a golpe de tambor. 

Sin miedo aparente pero sin una seguridad férrea, comenzaron su camino con una alegría que les duraría poco más de una hora, cuando lo que se veía temiendo todo el día empezaba a caer gota a gota sobre los presentes. El paso se fue aligerando y también la lluvia, lo que hacía que los primeros paraguas bordeasen el horizonte de calle Álamos, por la que decidieron dar la vuelta y volver a refugiarse en su templo.

Los aplausos cuando cubrieron el manto de la Virgen con plástico para evitar que se estropease por culpa de la lluvia sonaban con más fuerza que los propios tambores de la banda, que acompañaban sin cesar ni un segundo a ambas imágenes, más observadas que nunca no solo por quienes estaban en ese momento en la calle, sino más aún precisamente por aquellos que no habían podido salir.

Los titulares de la cofradía, Nuestro Padre Jesús del Prendimiento y  María Santísima del Gran Perdón, fueron los últimos en quedar en la calle en una jornada que comenzó esperanzadora pero que las condiciones meteorológicas detuvieron antes de tiempo. Con sus momentos de gloria, los llantos confusos a la llegada de ambos eran la imagen de un Domingo de Ramos que no dejó indiferente a ningún cofrade, como tampoco lo hizo la decisión de esta cofradía cuando casi todas ya habían decidido cancelar su estación de penitencia. 

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