No han salido en la tarde de este Domingo de Ramos nazarenos desde la parroquia de San Pablo. No se ha vuelto a vivir la tradicional salida de los tronos, donde los portadores salvan de rodillas el dificultoso dintel de la puerta. Pero quedan los sagrados titulares, la hermandad y el sentir cofrade de cada uno de sus hermanos. Elementos que permanecen incorruptos a las ilusiones rotas por el mal tiempo.

A las 17:49 la cofradía ha publicado a través de sus canales oficiales la decisión de no efectuar este año la estación de penitencia al primer templo de la ciudad. Después de trasladar la decisión a los hermanos participantes en la procesión, en el interior del templo se han vivido momentos donde las emociones han estado a flor de piel. Además de rezar las preces sustitutivas a la salida penitencial (en este caso, el rezo del Santo Rosario), ambos tronos se han mecido por las naves de la iglesia. La banda de Nuestra Señora de la Paz, de la capital malagueña, ha interpretado marchas como La Madrugá, del compositor Abel Moreno. La banda de Jesús Cautivo, que se estrenaba esta Semana Santa tras el crucificado, también ha puesto sus sones. Ha tocado la nueva marcha La Tierra Santa, obra de Javier Cebreros.

Tanto el Cristo de la Esperanza en su Gran Amor como la Virgen de la Salud, ambos obras del recordado imaginero hispalense Luis Álvarez Duarte, han sido portados durante esos instantes por los propios hombres y mujeres de trono, y algún que otro nazareno que se ha sumado a los varales. Momentos compartidos por todos los cofrades de la Salud.

Tras los actos llevados a cabo de manera íntima por la cofradía trinitaria, la iglesia de San Pablo ha abierto sus puertas para que vecinos, cofrades y malagueños en general pudiesen visitar a la hermandad. Mucha afluencia de gente en el templo durante toda la tarde. La corporación ha mantenido abiertas sus puertas hasta las diez de la noche. Y a piensan en la llegada del Domingo de Ramos del año 2025.